YPF busca competir en el negocio mundial del gas licuado con un plan de inversiones por USD 10.000 M

Mientras los ejecutivos de las empresas estatales analizan sus futuros laborales a partir del posible desembarco del gobierno de los Fernández después del próximo 10 de diciembre, el directorio de YPF termina de dar forma a un ambicioso proyecto que supone convertir a la petrolera en un importante player en el mercado mundial de producción de gas natural licuado (GNL).
Se trata de una iniciativa que plantea un programa a largo plazo y que supone inversiones por cerca de u$s10.000 millones para industrializar el gas natural que proviene de Vaca Muerta y convertirlo en GNL para luego venderlo a los principales mercados internacionales.
El foco es industrializar el gas de esa región, un negocio en el que la compañía es una de las protagonistas, para aprovechar mercados extranjeros que vienen aumentando sus necesidades de GNL y en un sector que hoy demanda 300 millones de toneladas métricas por año y en el que compiten 18 países como productores y 39 países importadores, entre los que se destacan China y Japón.
El horizonte a largo plazo supone trascender al cambio de gobierno y a las políticas públicas que traiga el Frente de Todos, de ganar las elecciones, si se confirma que Alberto Fernández sucede a Mauricio Macri como presidente argentino.
Por eso, son varios los pasos que el grupo de trabajo creado por YPF hace seis meses para desarrollar este master plan ha establecido.
El paso inicial es la partida de la primera barcaza que exportará GNL por mar desde la planta de la compañía Mega en el puerto de Bahía Blanca, de la cual es uno de sus dos accionistas principales.
La nave flotante Tango FLNG fue fabricada en China, tiene una capacidad de producción de 500.000 toneladas anuales y fue contratada por YPF a la empresa Excelerate Energy.
En julio del año pasado realizó una prueba piloto con un embarque con rumbo a los Estados Unidos y ahora da comienzo oficial a sus operaciones con un embarque que todavía no tiene destino cierto pero que, según los ejecutivos de la empresa, permitirá hilar el resto de los pasos de este proyecto durante los próximos años.

Más allá de la coyuntura política

El líder de la iniciativa es Marcos Browne, vicepresidente ejecutivo de Gas y Electricidad de YPF, y para quien se trata de una estrategia de negocios a muy largo plazo y que debería exceder a los escenarios de coyuntura que plantean la política y la economía del país.
«Queremos tener el proyecto listo para tener en claro lo que queremos hacer con el gas en la compañía y después la coyuntura en la que eso puede o no ser posible dependerá del momento final de toma de la inversión», explica el ejecutivo durante la visita de un grupo de periodistas al complejo de Mega y Profertil en Bahía Blanca y en el cual se llevó a cabo una recorrida por la barcaza.
Destacó además que una planta de GNL «es una máquina impresora de dólares», por las divisas que ingresarían a país a partir de las exportaciones.
En ese sentido, admitió que el proyecto global está aún lejano y aclaró que en estos momentos la compañía «está concentrada en darle forma final a una iniciativa que tiene una complejidad enorme por su envergadura y plazos para que sea rentable, por lo que no le veo sentido a poner el carro delante del caballo».

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