¿Qué propone la Comunidad Política Europea para pasar el invierno sin gas ruso?

Como dijo hace unos días el secretario general de la ONU, António Guterres, «en el horizonte se avecina un invierno de insatisfacción» y los ejemplos sobran en Europa. El contexto bélico y recesivo impacta en cientos de miles de situaciones que perfilan un horizonte sombrío y no extraña que la flamante Comunidad Política Europea (CPE) haya puesto el foco en la seguridad energética durante su reunión fundacional de este mes.

La crisis está a la vuelta de la esquina y para ejemplo basta un botón. Nos cuentan que en Luxemburgo una panadería de barrio debió cerrar sus puertas porque cocinaba con horno eléctrico y la factura del servicio se multiplicó por 10 el mes previo a decidir bajar las persianas.

En las redes sociales, una vecina de Bruselas (Bélgica) compartió horrorizada una realidad brutal: su casa tiene paneles solares y aun así, la factura de electricidad fue de 2.000 euros (algo así como $600.000). También hay quienes nos comentan que comenzarán a usar ropa de abrigo dentro de sus casas para evitar usar la calefacción o que instalaron un timer en la ducha para cronometrar el uso del agua caliente.

Estas situaciones multiplicadas por millones son el escenario en el que 44 países conformaron la CPE -27 países de la Unión Europea (UE) con otros 17 vecinos de su periferia- y cerraron filas con el foco puesto en la energía.

Cooperación, la palabra clave

La flamante CPE es un espacio impulsado por el presidente francés Emmanuel Macron, quien expresó su deseo de mejorar la cooperación en lo referente a temas como energía o infraestructura.

«Nuestra tarea común era crear esta plataforma informal en la que podamos cooperar, compartir ideas y desarrollar soluciones para devolver la paz y la prosperidad a Europa. Y creo que lo hemos conseguido», dijo Petr Fiala, premier de República Checa, sede de la inauguración del bloque político.

Por su parte, la alemana Ursula Gertrud Von der Leyen, actual presidenta de la Comisión Europea, tras una bilateral con Noruega, emitió una declaración conjunta en la que abogaron por “repensar y remodelar la seguridad energética” en Europa debido a la crisis provocada por la guerra rusa en Ucrania.

Macron señaló: «Creo que es muy útil. Espero que sea una nueva fase de nuestras relaciones, y que este sea el comienzo de un nuevo día. No obstante, nuestra voluntad es claramente la de comprometernos, tener proyectos concretos y trabajar todos juntos por la unidad de nuestro continente, especialmente en estos tiempos tan difíciles, y por los intereses de nuestros pueblos».

La unidad hace la fuerza

La CPE propone crear un sistema de compras conjuntas de gas para el año que viene, imponer un tope «dinámico» en el precio y destinar 40.000 millones de euros en ayudas a las empresas y los hogares más afectados por la subida del precio de la energía. Son las medidas adelantadas ayer, martes 18, por Ursula von der Leyen.

Antes, el presidente del Consejo Europeo, el belga Charles Michel, había advertido de que la forma en que la UE gestione la crisis energética generada por la guerra influirá en sus perspectivas económicas, por lo que pidió unidad al bloque de 27. El político belga dijo que el punto central en la agenda de la reunión será la crisis energética, sobre la que consideró que hay que actuar «con la máxima urgencia». Michel se refirió a la compra conjunta de gas y a un límite «dinámico» y temporal a los precios, algo que se lleva debatiendo en la UE desde el mes pasado.

En concreto, la Comisión propone que al menos el 15 % de las compras de gas natural del bloque para llenar las reservas de cara al invierno 2023-2024 se realicen a través de una plataforma conjunta en la que los 27 utilicen su poder de mercado para abaratar el precio del hidrocarburo. «Sabemos que la demanda de energía de Europa es muy grande; por lo tanto, es lógico que, en lugar de competir entre sí, los estados miembros y las compañías energéticas aprovechen su poder adquisitivo conjunto», dijo Von der Leyen.

Y propone también que, temporalmente, se establezca un «límite dinámico del precio» para las transacciones en el mercado TTF Dutch: las transacciones que superen el techo fijado «no estarían permitidas», lo que «ayudaría a evitar una volatilidad extrema y precios excesivos». Además, la Comisión quiere destinar 40.000 millones de euros a apoyar a las pequeñas y medianas empresas, mantener los puestos de trabajo y «ayudar a abordar la pobreza energética mediante el apoyo a los hogares vulnerables». Los fondos se tomarían de los recursos no utilizados para el desarrollo regional en la UE.

En la línea de largada

Los ejemplos que mencionamos al comienzo son apenas un puñado de casos que dibujan un escenario de crisis. En septiembre, los costos de energía para los consumidores aumentaron un 40,8 % en comparación con el año pasado, según la oficina de estadísticas de la Comisión Europea, Eurostat. Bruselas sospecha que el próximo invierno será incluso más duro que el de esta temporada y quiere tener preparado un marco legal que permita iniciar ya en abril las compras conjuntas, una idea que España y otros países reclaman desde finales de 2021.

Bruselas quiere obtener el visto bueno de los estados miembros en las próximas semanas (en la cumbre de líderes de esta semana y las posteriores reuniones de ministros de Energía), de forma que los servicios comunitarios puedan trabajar inmediatamente en los detalles de este mecanismo «corrector» que se activaría «cuando fuese necesario».

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