Gas al NOA, Chile y Brasil
El llamado a licitación para el proyecto de reversión del gasoducto del norte lo hará Energía Argentina (ex Enarsa), tal como ocurrió con el Néstor Kirchner, según anticipó Massa el viernes pasado durante el acto de la última soldadura. El ministro indicó que solo con esta obra buscará ahorrarse u$s2.000 millones anuales.
Según pudo averiguar Ámbito, la cifra es un aproximado del gas que Argentina importa desde Bolivia, a unos u$s11,9 el millón de BTU (MMBtu). El contrato con Bolivia finaliza el 31 de diciembre, y desde el gobierno de Luis Arce no pueden asegurar provisión para 2024. Lo que se defina se sabrá a fin de año. Pero si se concreta este proyecto, Argentina podría dejar de importar gas de Bolivia después de casi 50 años. Y aspiran a estas obras impliquen que en los próximos años se puedan exportar gas a la región. “Un hecho histórico que le queda al próximo gobierno”, se lamentan algunos dentro del Gobierno.
La obra está proyectada para que arranque en agosto y aspiran a que esté finalizada en el otoño de 2024. Si bien debería extenderse por entre 12 y 18 meses, aseguran que se pueden acortar los plazos debido al conocimiento y la tecnología que fue adquirida para el gasoducto Néstor Kirchner, que se habrá realizado en tiempo récord si se inaugura en junio.
A nivel técnico, la llamada reversión del gasoducto norte incluye un ducto de 150 kilómetros entre La Carlota y Tío Pujio, para unir a la altura de la provincia de Córdoba los sistemas que abastecen al país: el gasoducto central norte, proveniente de la Cuenca Neuquina, y el gasoducto del norte, que va desde Buenos Aires a Salta.
Además, la obra incluye la reversión, para en vez de llevar al norte del país gas importado de Bolivia, abastecer con el gas de Vaca Muerta a 6 millones de usuarios del NOA y la generación eléctrica de las centrales térmicas. También, dentro del plan, se buscará abastecer a los proyectos mineros en expansión en Jujuy, Salta y Catamarca.
Pero, además, luego se buscará exportar gas natural a Chile por el gasoducto norandino, en Jujuy, y finalmente llegar también al sur de Brasil, a través de la infraestructura vigente con Bolivia, aunque para eso deberán llegarse a acuerdos políticos con Bolivia.