El desertor de la OPEP que anticipa el fin ‘inmediato’ del petróleo abre una brecha histórica en la industria del crudo

El petróleo ha sido la gran fuente de energía de las últimas décadas. Sin el uso a gran escala del crudo, la economía y el transporte global, probablemente, no habrían alcanzado el nivel de desarrollo actual. Precisamente es este nivel de desarrollo el que ha permitido que se puedan encontrar y desarrollar alternativas cada vez más eficientes al crudo. Es decir, el propio éxito del petróleo ha sido el que ha allanado el camino a sus competidores y firmado su controvertida ‘sentencia de muerte’. El conocido como peak oil del consumo o peak oil demand estaría a la vuelta de la esquina, según los cálculos de un antiguo trabajador de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). Este antiguo miembro de la OPEP no es ‘un cualquiera’, es Fatih Birol, directo de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) y una de las voces más escuchadas (y a la vez controvertidas) en el mundo del petróleo. Birol ha desencadenado una ‘guerra’ de previsiones sobre el principio del fin del petróleo que no dejan a nadie indiferente, sobre todo a los que viven de este negocio. La brecha entre la AIE y el resto del sector del petróleo es cada vez más grande.

Fatih Birol es economista jefe y director de la Agencia Internacional de Energía (AIE), el gran organismo de la energía de los países desarrollados, que tiene sede en París. La AIE, además, se ha caracterizado en los últimos años por anunciar de forma repetida la inminente llegada del peak oil demand, algo que no ha sentado demasiado bien a la industria del crudo y a la OPEP, sobre todo porque hasta la llegada de Birol, las previsiones de la AIE y el cártel del crudo eran relativamente parecidas, algo que cambió con la llegada del turco al puesto más importante de la AIE.

Aunque Birol es hoy considerado por muchos como un ‘enemigo’ o ‘agorero’ del petróleo, hay que recordar que antes de incorporarse a la AIE en 1995 (su currículum es dilatado), Birol trabajó durante seis intensos años en la Organización de Países Exportadores de Petróleo en Viena. Su cambio a la AIE, aunque no ha sido el único, fue considerado por muchos como una especie de traición que no le han perdonado.

El diario Financial Times ha publicado un interesante reportaje en el que explica con detalle la creciente brecha entre la AIE, desde la llegada de Birol, y la OPEP. Una grieta cada vez más grande que ya ha dejado encendidos debates con declaraciones cruzadas en lo que parece ser una disputa que más allá de las frías previsiones de dos organismos. Con el petróleo hay mucho en juego.

Todos los días, a la seis de la mañana, Fatih Birol realiza un curioso ayuno que consiste en no ingerir nada sólido, para servirse cinco o seis tazas de té turco, De este modo se prepara para afrontar otro día de desacuerdos y críticas. El director de la AIE ha pasado sus tres últimos años (tiene 66 años de edad) advirtiendo sobre la necesidad del mundo de implementar una intensa transición desde los combustibles fósiles a las energías limpias, mientras que las emisiones de carbono siguen creciendo y las temperaturas globales alcanzan nuevos récords mensuales.

En junio, por ejemplo, Birol aseguró que era hora de que las compañías de petróleo y gas «revisaran sus planes de negocios». El mundo se encamina hacia un exceso de petróleo «asombroso» para finales de la década, si la industria continúa aumentando la producción, advirtió, a medida que la economía china se desacelera y más consumidores cambian a vehículos eléctricos, lo que reduce la demanda de petróleo y gas.

Las grandes petroleras han respondido con la ira que se respondería a un ‘traidor’. Las grandes petroleras y la OPEP consideran a Birol como un desertor que se ha vendido a los irreales planes y previsiones que lanzan los países avanzados sobre el mundo de la energía. Birol fue un miembro relevante de la OPEP. Este experto había instado en 2017 a la industria a bombear más petróleo para evitar la escasez. «Nuestro mensaje a la industria petrolera aquí en Houston es invertir, invertir, invertir», aseguraba en la conferencia CERAWeek en enero de ese año.

Del petróleo a la ‘política’

Su radical giro o cambio de enfoque ha llevado a algunos ejecutivos petroleros a sugerir en privado que Birol es ya más un político que un técnico, y que la AIE, un organismo que históricamente funcionó como una fuente de datos y análisis neutrales y desapasionados sobre energía, ahora forma parte de este mundo de la política. «Deberían volver a centrarse en la seguridad energética», asegura un director ejecutivo de una compañía petrolera, en declaraciones privadas y anónimas al Financial Times.

El diario financiero británico explica que la AIE y la OPEP estuvieron durante años muy de acuerdo en sus previsiones energéticas, pero ahora tienen visiones muy diferentes sobre el futuro del petróleo. La AIE cree que el mundo alcanzará el pico de producción de petróleo en 2029, con un consumo de 105,6 millones de barriles diarios. La OPEP, el cártel de países productores de petróleo encabezado por Arabia Saudí, no prevé ningún pico, ya que el consumo de petróleo aumentará a por lo menos hasta los 116 millones de barriles diarios en 2045, lo que ocupa todo el horizonte temporal de previsiones del cártel.

Mientras que la AIE ahora se centra en cómo debe alejarse de los combustibles fósiles, la OPEP cree que abandonar el petróleo y el gas desestabilizará los mercados energéticos y conducirá a constantes crisis (menor seguridad energética). La AIE también se ha convertido en un objetivo político en EEUU, que está produciendo cantidades récord de petróleo y gas. Los senadores republicanos han pedido que Estados Unidos deje de financiar a la AIE y ex funcionarios de la administración de Donald Trump aseguran que el ‘futuro presidente’ intentará derrocar a Birol si es reelegido.

«El próximo presidente debería trabajar… para terminar con esta cámara de eco progresista y devolver a la AIE su mandato original, no partidista, de promover la seguridad energética», comenta Carla Sands, que ayuda a dirigir la política energética en el America First Policy Institute, un organismo a veces descrito como la «Casa Blanca en espera» de Trump.

«Los dólares de los contribuyentes no deberían financiar una organización que trabaja en contra de los intereses del pueblo estadounidense», agrega. Birol sostiene que los elogios al trabajo de la AIE superan con creces las críticas. «A veces me lo tomo como algo personal, pero trato de ponerlo en contexto», sentencia. «Creo que tenemos metas hermosas que alcanzar y para llegar a ellas hay que sufrir algunos golpes».

El exceso de petróleo que viene

Las previsiones de la AIE son importantes. Los gobiernos, las compañías petroleras y los inversores confían en la agencia como fuente fiable de información sobre energía global para fundamentar sus políticas y estrategias. Pero sus previsiones han sido criticadas en el pasado por activistas climáticos por no predecir el rápido despliegue de las energías renovables y ahora están siendo atacadas por los defensores de los combustibles fósiles por apoyar demasiado la transición energética.

Birol, cuyo tercer mandato como director ejecutivo termina en 2027, insiste en que la AIE va en la dirección correcta: «Estoy muy contento con el camino que hemos elegido porque la AIE está creciendo y el público está muy contento… Los adjetivos que utilizamos son una función de los números», dice, refiriéndose a su lenguaje sobre el exceso de petróleoPara 2030, habrá 8 millones de barriles diarios de petróleo excedente disponibles, dice. «Eso nunca ha sido así en la historia fuera de lo ocurrido en el covid. Queremos llamar a las cosas por su nombre y no rehuimos eso», sentencia el experto. Por supuesto, la OPEP no contempla ese exceso de petróleo ni el peak oil demand. ¿Quién tiene razón? El tiempo, como siempre, dará la respuesta.

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