Este hito fue destacado durante un evento celebrado en La Carlota, Córdoba, donde estuvo presente el ministro de Economía, Luis Caputo, y otros funcionarios gubernamentales.
Francos enfatizó que esta medida no solo representa un paso hacia la autosuficiencia energética, sino que también implica un cambio en la política de importaciones de gas. “No estaremos haciendo beneficencia con nadie, utilizaremos nuestro propio gas, que costará un tercio de lo que pagábamos por el importado”, afirmó. Esta declaración subraya la intención del gobierno de maximizar el uso de recursos locales en un contexto de crisis energética.
El secretario de Energía, Daniel González, también compartió su entusiasmo por el impacto positivo que Vaca Muerta tendrá en todo el país. Destacó que la producción de gas en esta región no solo beneficiará a Córdoba, sino que también ayudará a las provincias del norte, que enfrentan una escasez de energía. González aseguró que con el nuevo gasoducto, Argentina podrá contar con gas y energía eléctrica durante muchos años, lo cual es esencial para el desarrollo industrial y el bienestar social.
La obra del Gasoducto Norte es compleja y ambiciosa, y González sugirió que podría ser una de las últimas financiadas por el Estado, dado el creciente interés del sector privado en invertir en infraestructura energética. El gas nacional no solo es vital para el consumo doméstico, sino que también es crucial para la generación de electricidad, especialmente en el noroeste argentino.
Desde el ámbito empresarial, Damián Mindlin, presidente de Sacde, consideró el día como histórico, recordando que Argentina había gastado 20,000 millones de dólares en la importación de gas boliviano, lo que representa una carga económica significativa. Mindlin criticó la política de dependencia del gas importado, argumentando que es ilógico continuar con esta práctica cuando el país cuenta con reservas suficientes de gas argentino para abastecerse durante los próximos 150 años a un costo mucho más accesible.
La inauguración de la primera fase de reversión del Gasoducto Norte promete eliminar la dependencia del gas boliviano, transformando la dinámica del abastecimiento energético en el país. Esta obra permitirá un flujo de gas nacional desde el sur hacia el norte, gracias a la construcción del Gasoducto de Integración Federal La Carlota-Tío Pujio, junto con las ampliaciones en el Gasoducto Norte, aumentando así la capacidad de transporte de gas a 15 millones de metros cúbicos en el sistema privado.
El avance en la infraestructura energética no solo representa una solución a la crisis de abastecimiento, sino que también marca un paso decisivo hacia la autonomía energética de Argentina, con Vaca Muerta en el centro de esta transformación.
El impulso al desarrollo de Vaca Muerta y la inversión en infraestructura energética son vitales para el crecimiento económico de Argentina. Con la capacidad de generar y utilizar gas nacional, el país no solo se asegura un suministro más estable y predecible, sino que también fomenta la creación de empleos en las áreas de extracción y transporte.
Este proyecto puede atraer inversiones significativas en el sector energético, lo que a su vez podría potenciar el desarrollo de nuevas tecnologías y la capacitación de mano de obra local, contribuyendo a la sostenibilidad y al progreso social de las comunidades involucradas.
Además, el uso de gas argentino es una respuesta directa a los desafíos que enfrenta el país en materia de energía y cambio climático. Al disminuir la dependencia de combustibles fósiles importados, Argentina no solo mejora su balanza comercial, sino que también reduce las emisiones de carbono asociadas con el transporte de gas desde el extranjero.