Las importaciones del gas natural licuado (GNL) ruso en Francia alcanzaron un nivel récord desde el inicio de las entregas en 2018, escribe el medio ‘Bloomberg’. Esto se produce en el contexto de las declaraciones públicas de los gobiernos europeos sobre rechazar las fuentes de energía rusas y los intentos de exprimirlas de los mercados globales.
En particular, en octubre pasado, Francia se convirtió en el mayor importador de GNL ruso de la Unión Europea, por un valor de 233 millones de euros (246 millones de dólares a cambio actual), precisaron los analistas del Centro de Investigación sobre Energía y Aire Limpio (CREA).
«Con sus terminales de metano, Francia se ha convertido en un importador de GNL, y parte de este GNL se envía después a países de Europa del Este, donde se está utilizando», comentó al respecto un portavoz del Ministerio de Energía francés, agregando que el combustible es importado por empresas privadas y que «ni los Estados ni la Unión Europea toman estas decisiones».
Al mismo tiempo, Francia está recortando el consumo total de gas natural licuado y reclama un control más estricto de sus suministros procedentes de Rusia, siguiendo las políticas de la UE, con el fin de «reducir su dependencia de la energía rusa», precisa el portal. A pesar de ello, reconoce la agencia, Europa «sigue siendo un destino atractivo» para los cargamentos procedentes de la planta rusa de GNL de la península de Yamal, en el Ártico.
Por ejemplo, empresas como la francesa TotalEnergies, la española Naturgy Energy e incluso la alemana Securing Energy for Europe, han firmado contratos a largo plazo para el suministro de GNL desde Rusia, a pesar de que el Ministerio de Economía alemán envió una carta a la Deutsche Energy Terminal —la compañía responsable de la explotación de terminales en las que se importa ese tipo de gas— en la que recomendaba «no aceptar ningún cargamento de GNL ruso».
Las importaciones de GNL ruso a Europa han aumentado luego de las restricciones impuestas por la UE a los recursos energéticos procedentes de Rusia, incluido el gas transportado por gasoductos. Sin embargo, a finales de junio pasado, Bruselas anunció el 14.º paquete de sanciones contra Moscú, apuntando por primera vez al gas natural licuado ruso.
No obstante, desde el 5 de diciembre de 2022 (cuando se prohibieron los envíos de petróleo ruso por mar a la UE) hasta finales de octubre de 2024, el mayor comprador de GNL de Rusia fue precisamente el bloque europeo, que adquirió el 49% de todas las exportaciones rusas de gas natural licuado, seguido de China (22%) y Japón (18%).
Desde el Kremlin han declarado en repetidas ocasiones que el país hará frente a la presión sancionadora occidental. Para el presidente ruso, Vladímir Putin, la política de contención frente a Rusia forma parte de la estrategia a largo plazo de Occidente, cuyas restricciones asestan un duro golpe a la economía mundial.