La empresa NRG, dedicada a la producción de arenas para la fractura hidráulica, anunció un despido masivo que afectará a 181 trabajadores en diferentes áreas. Además, cerrará dos de sus bases operativas en Añelo, Neuquén. La decisión, que marca el mayor recorte laboral en la región en los últimos años, fue atribuida a una combinación de factores financieros y operativos que la compañía definió como una «tormenta perfecta».
Desde NRG explicaron que la crisis se originó en el desplome de ventas de arena, esencial para la industria de hidrocarburos. Mientras que la planta tiene capacidad para gestionar 1.500.000 toneladas anuales, la demanda en 2024 no superará las 600.000 toneladas.
Adicionalmente, la cantidad de etapas de fractura en la Cuenca Neuquina cayó progresivamente desde junio, pasando de 1.703 a 1.173 en octubre, lo que redujo significativamente el mercado de la arena. Según voceros de NRG, esta situación también se agravó por el uso de arenas provenientes de otras regiones, que aunque más distantes, resultaron ser más competitivas en precio.
“Aunque NRG cuenta con canteras en Entre Ríos, ha priorizado el empleo local y las arenas de cercanía, solicitando igualdad de condiciones competitivas”, indicaron desde la empresa. Sin embargo, las operadoras optaron por alternativas más económicas, afectando aún más las ventas de la compañía.
Uno de los principales problemas financieros que aduce NRG radica en los costos laborales elevados debido a su ubicación geográfica y los convenios colectivos vigentes. Según la empresa, estos costos representan el 50% del precio total por tonelada de arena, colocando a NRG en desventaja frente a competidores de otras regiones, como Entre Ríos.
Además, la devaluación del peso argentino, combinada con una inflación alta, incrementó los costos operativos de NRG mientras que sus ventas, realizadas en dólares, no alcanzaron para compensar estas pérdidas. En este contexto, los accionistas decidieron frenar sus inyecciones de capital al proyecto, complicando aún más la situación.
La compañía declaró que tras los ajustes proyectados, intentará sostener una operación de 900.000 toneladas anuales, aunque este año cerrará muy por debajo de esa cifra. “NRG continuará realizando esfuerzos para desarrollar su negocio y apoyar a sus colaboradores, pero estas acciones son necesarias para garantizar su continuidad”, señalaron desde la firma.
El cierre de las operaciones y los despidos generaron un fuerte impacto en Allen y Añelo, localidades donde la empresa tiene presencia. Trabajadores afectados manifestaron su preocupación, señalando que la decisión llega en un momento crítico para sus familias.
Desde la compañía, lamentaron la situación y destacaron que las medidas son inevitables. “Esta reorganización permitirá volver a una senda productiva en una industria donde debe haber espacio para cualquier actor comprometido con el desarrollo económico y social del país”, afirmaron.
NRG estableció el 30 de noviembre como fecha límite para completar los ajustes, señalando que a partir de ese momento no dispondrá de los recursos necesarios para cubrir salarios ni otras obligaciones laborales.
Con información de LMC, redactado por un periodista de adnsur.