Las grandes inversiones continuarán siendo en petróleo y gas

Si bien la transición energética y los temas de energía con bajas emisiones de carbono solo serán más prominentes en los próximos años, los retornos de inversión en petróleo y gas continuarán siendo muy competitivos con los retornos de las inversiones en energía verde. Sin embargo, cada vez es más importante que las compañías de petróleo y gas se posicionen ante la comunidad inversora en el contexto de la transición energética.

Los números hablan por sí solos 

Las empresas de petróleo y gas continúan recaudando mucho capital y logrando mega acuerdos de fusión, pero los temas relacionado con bajos en carbono y de “cero netos” han comenzado a dar forma a la naturaleza de los acuerdos y a las estrategias de asignación de capital, esto con base en los datos de la consultora Ernst & Young (EY) en su revisión global 2019 de transacciones de petróleo y gas.
La transición energética ha comenzado a dar forma a los flujos de capital y a las fusiones y adquisiciones en la industria del petróleo y gas.
Según EY, en 2019 tanto los valores de las fusiones y adquisiciones (M&A) como la recaudación de capital fueron sólidos en el sector de petróleo y gas.
Las empresas de petróleo y gas recaudaron US $ 617.4 mil millones en capital en 2019, un aumento del 7 % en el año, con préstamos y bonos que representan el 92% del capital recaudado.
En 2019 se vieron algunos de los mayores acuerdos de financiamiento de la historia. En las fusiones y adquisiciones, el valor de los acuerdos ascendentes aumentó un 17.6% a US$ 160,500 millones, gracias a la adquisición de Anadarko por parte de la empresa norteamericana de perforación Occidental.
Excluyendo esta negociación, el valor total del acuerdo global cayó un 24.2 %. En exploración y producción, Estados Unidos continuó liderando el camino para los acuerdos de fusiones y adquisiciones por quinto año consecutivo, lo que representa el 60% del valor total del acuerdo ascendente del mundo, según la revisión de Ernst & Young.
La IPO de US$ 29.4 mil millones de Saudi Aramco, es otra de las operaciones financieras de mayor relevancia en 2019 y que pudiera ser la mayor de la historia.
Si bien el valor del capital recaudado alcanzó un máximo de cinco años, el volumen de recaudación de fondos disminuyó un 10% anual, con lo que continua la tendencia a la baja de los últimos años.
A pesar de las actividades positivas de agregación de capital, hay que destacar que las condiciones son mucho más difíciles y desafiantes para algunas compañías y en algunos segmentos del mercado de petróleo y gas, especialmente el estrés financiero entre las empresas de exploración y producción de EE.UU. y entre los servicios de campos petroleros.
Sin embargo, las crecientes preocupaciones sobre la demanda de petróleo a largo plazo y el mayor enfoque en las credenciales ambientales, sociales y de gobierno (Environmental, Social and Governance – ESG) de las empresas redujeron las valoraciones de capital y activos, y las empresas de exploración y producción de EE.UU. vieron una caída anual de más del 25% en las valoraciones de capital.
De acuerdo con EY, estas valoraciones más bajas brindaron oportunidades a las empresas más sólidas y resistentes para recaudar activos a precios atractivos. En resumen, el aumento de capital global y las fusiones y adquisiciones en la industria del petróleo y el gas no vieron ningún cambio significativo en 2019, cuando las credenciales ambientales (ESG) se convirtieron en el foco de atención de todos, desde los inversores hasta los gerentes de cartera y las propias compañías de petróleo y gas. Pero esta creciente preocupación por la «licencia social para operar» de la industria ha comenzado a cambiar las estrategias en el sector.
Las compañías de petróleo y gas se enfrentan a una doble presión por parte de los inversores para ofrecer rendimientos superiores y a prueba de futuro para sus negocios en medio de la transición energética.
El consenso necesario para la transición 
Se ha ido creando un consenso global entre los líderes mundiales, los sectores industriales y los ciudadanos de la necesidad una acción climática efectiva, actualmente el impulso para descarbonizar la energía es generalizado y prominente.
Ahora bien, la presión actual aún tiene que manifestarse en la reducción del consumo de petróleo, lo cual no se ha materializado. Aunque hay que reconocer que se ha desacelerado la tasa de crecimiento, la demanda de petróleo aumentó en 1 millón de barriles por día en 2019 y se espera que continúe esta tendencia en 2020.
A pesar del creciente consenso sobre la necesidad de medidas urgentes y audaces para mitigar el cambio climático, las nuevas tecnologías no son lo suficientemente maduras o escalables como para desplazar de inmediato los volúmenes de petróleo y gas que se consumen actualmente.
Después de todo, las transiciones nunca son tan sencillas como cruzar una frontera de un país a otro. En esta frontera existe una extensa franja que aun continuará poblada por todas las formas de energía, principalmente las de origen fósil.
Aun así, las compañías de petróleo y gas ahora saben con certeza que deben comenzar a alinear sus estrategias de asignación de capital con la creciente presión de los inversores para mostrar disposición y compromiso para reducir las emisiones y ayudar a salvar el planeta.
La industria del petróleo y el gas como parte de la solución. De acuerdo a la Agencia Internacional de Energía (IEA), la industria si puede ser parte de la solución: la gran disponibilidad de recursos financieros y la experiencia en la gestión de proyectos de las mayores petroleras mundiales pueden ayudar a lograr soluciones en energía alternativa que permitan reducir aún más los costos y convertirse en una fuente de energía con retornos competitivos en inversión.
Las empresas petroleras actualmente invierten una pequeña cantidad de sus gastos de capital en energía verde, en comparación con su negocio principal, pero pueden convertirse en parte de la solución si toman las medidas necesarias para abordar las preocupaciones climáticas.
La industria del petróleo y el gas tiene la oportunidad de ayudar a las tecnologías ecológicas emergentes más caras como la de captura, utilización y almacenamiento de carbono (CCUS) o la de biocombustibles a escalar al desarrollo comercial o alcanzar su madurez.
Las nuevas tecnologías pueden ser utilizadas por pequeñas empresas de energía y proveedores de energía alternativa para aumentar la proporción de energía baja en carbono o sin carbono. Las empresas más pequeñas serán adaptadores rápidos de la tecnología emergente, pero necesitan que se desarrolle comercialmente para que pueda implementarse económicamente.

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