Datos, la piedra angular del futuro

Los datos no solo se han convertido en el motor de una nueva era denominada Cuarta Revolución Industrial, también están redefiniendo la forma en que gobiernos y sectores productivos enteros se relacionan con sus audiencias y esto se ha acelerado con la emergencia económica y de salud que vivimos actualmente, por ejemplo, CoronApp-Colombia se ha convertido en la aplicación de datos locales con más descargas en el país. Vemos cómo entidades de distintas industrias reconocen el valor de los datos y asertivamente exploran el mundo de la inteligencia artificial, el cómputo en el borde o el internet de las cosas; algunas más rápido que otras, a veces por temor a perder terreno con su competencia, otras por un fuerte espíritu de innovación.
Por esta razón, es crucial que las empresas y el Gobierno en su totalidad se adapten a nuevas alternativas de informática avanzada y piensen en adoptar tecnologías como las plataformas de gestión remota automatizada, los sistemas de realidad aumentada, el internet de las cosas o la inteligencia artificial, las cuales permitirán optimizar procesos y recursos, atraer a los ciudadanos y retener de forma más eficiente a un consumidor que se mueve rápidamente al canal online, a los pagos digitales, y hacia el acceso a todos los mercados desde su computador… ¿Alguien se imaginaba poder pedir alimentos a una plaza de mercado por internet hace 3 años? 
Un estudio desarrollado por Intel, exploró las necesidades que tiene el ecosistema manufacturero para adaptarse a la Industria 4.0. Allí se encontró que el 80% de los encuestados informó que su empresa planea invertir en tecnologías avanzadas durante los próximos dos o tres años para fortalecer su negocio, ubicando como principales prioridades la inteligencia artificial con 51%, el análisis de Big Data con 44% y la maquinaria inteligente con 35%.

Esta confluencia entre los mundos digital y físico, entre máquinas y personas, nos plantea dos retos mayúsculos, y es que detrás de cada código, cada byte de información y cada algoritmo de inteligencia artificial seguirán estando los seres humanos. Así que la inversión debe ser integral, no solo en tecnología, sino en preparación de la fuerza laboral que moverá esa economía centrada en los datos, una fuerza laboral que en su mayoría ha sido educada con métodos obsoletos, de acuerdo con el experto y autor de “La escuela del Mundo”, Salman Khan. Esto requiere una colaboración, conjunta y de largo plazo, entre la academia, los Gobiernos y las industrias para la consecución de profesionales altamente capacitados en múltiples disciplinas, como ciencia de datos, programación, pensamiento de diseño, simulación y modelamiento, entre otros.
Por otro lado, el estudio nos muestra que a medida que se expanda el uso de la inteligencia artificial y del internet de las cosas, las empresas que busquen explotar dichas tecnologías se enfrentarán a una cantidad exponencial de datos, que subirá la administración del cómputo a un nivel superior y obligará a establecer políticas de gobernanza de datos que reflejen tanto el valor del intercambio de información, como la posible exposición al riesgo para que prevalezca la propiedad intelectual y la seguridad. A nivel de la gran empresa, es casi impensable no contar con un jefe de privacidad y seguridad, un jefe de información y un gerente de datos. A nivel de las PYMES, muchas de estas responsabilidades serán delegadas en terceros, en búsqueda de eficiencias y agilidad y su infraestructura estará, en su mayoría, en la nube.
Cuando vemos el ritmo de la innovación a través del lente de los datos, algunas cosas son claras: el boom de la IA que vivimos hoy no existiría sin ellos, y a pesar del aparente avance acelerado de muchas empresas, la realidad es que el 73% de los datos todavía no se analiza. La oportunidad está ahí para todos y hoy con los retos globales en materia de salud y economía, los datos son la única fuente de conocimiento que no podemos ignorar.

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