Según el último informe de la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA), la energía renovable es cada vez más barata que cualquiera otra fuente de generación de energía eléctrica basada en combustibles fósiles. Según IRENA, los costes de las renovables en 2019 muestran que más de la mitad de la capacidad renovable instalada en 2019 logró precios más competitivos que las nuevas centrales de carbón más baratas.
En promedio, las nuevas plantas eólicas terrestres y fotovoltaicas cuestan menos que mantener en funcionamiento muchas plantas de carbón existentes, y los resultados de las subastas muestran que esta tendencia se acelera, lo que refuerza el objetivo de eliminar gradualmente el carbón.
Reemplazar el carbón barato por renovables
Reemplazar los 500 GW más baratos de carbón por energía solar fotovoltaica y eólica terrestre el próximo año reduciría los costes del sistema de energía hasta en 23 mil millones de dólares cada año y reduciría las emisiones anuales en alrededor de 1,8 gigatoneladas de dióxido de carbono, lo que equivale al 5% de las emisiones globales totales de CO2 en 2019. También produciría un estímulo de inversión de 940 mil millones de dólares, nada más y nada menos que el 1% del PIB mundial.
Francesco La Camera, Director General de IRENA, explica: «Hemos llegado a un importante punto de inflexión en la transición energética. El argumento de la generación de energía de carbón existente es tanto ambiental como económicamente injustificable. La energía renovable es cada vez más la fuente más barata de electricidad nueva, ofreciendo un enorme potencial para estimular la economía mundial y creando empleos de calidad. Las inversiones renovables son estables, rentables y atractivas, y ofrecen rendimientos consistentes y predecibles, al tiempo que ofrecen beneficios a la economía en general.»
Disminución de los costes de las renovables
Los costes de electricidad renovable han disminuido considerablemente en la última década, impulsados por la mejora de las tecnologías, las economías de escala, las cadenas de suministro cada vez más competitivas y la creciente experiencia de los desarrolladores. Desde 2010, la energía solar fotovoltaica a escala de servicios públicos ha mostrado la disminución de costes más pronunciada (82%), seguida de la solar térmica (47%), la eólica terrestre (39%) y la eólica marina (29%).
En concreto, los costes de la fotovoltaica cayeron un 13% en 2019, alcanzando un promedio mundial de 6,8 céntimos de dólar por kilovatio-hora. Por su parte, tanto la eólica terrestre como la marina disminuyeron su coste en un 9%, alcanzando los 5,3 céntimos de dólar/kWh y 11,5 céntimos de dólar/kWh respectivamente.