Sería justo admitir que después de 2020 y todo lo que nos hizo pasar, hacer cualquier predicción para el año que viene es más probable que sea un juego con los ojos vendados. Mientras tanto, estoy seguro de que la humanidad tiene mucho que aprender de sus transgresiones pasadas, y avanzará corrigiendo nuestros errores y debilidades. Eso es lo que siempre hemos hecho. Sin duda, el principal impulsor de nuestro desarrollo este año fue el brote de COVID-19. Los efectos de la actual pandemia mundial en todos los aspectos de nuestras vidas moldearán nuestro futuro, y hay algunas tendencias que iniciamos el año pasado y que muy probablemente continuarán en 2021.
El COVID-19 reveló la imperiosa necesidad de soluciones en eficiencia económica y transparencia, y más urgentemente dentro del sector de la salud. El despliegue de nuevas soluciones blockchain fortalecerá los sistemas de salud, si acaso no los revolucionará, ayudando tanto a los médicos como a los pacientes a nivel mundial. A pesar de las promesas de preservar los datos privados de los ciudadanos durante la pandemia mundial en nombre de la salud pública, las soluciones basadas en blockchain que almacenan los datos de COVID-19 han suscitado graves preocupaciones, ya que no parecen ser en absoluto privadas. Si bien el potencial de esas tecnologías emergentes es prometedor, equilibrar la privacidad con las soluciones adecuadas debería ser una prioridad para quienes se dedican a esta industria.
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Al impulsar nuestro desarrollo tecnológico hacia el futuro, la pandemia también ha tenido un impacto significativo y ambicioso en el sector financiero. Por un lado, los gobiernos de todo el mundo han hecho grandes avances en el desarrollo de las monedas digitales de los bancos centrales (CDBC por sus siglas en inglés) este año. Con las implementaciones de las CBDC cada vez más cerca, se han planteado con razón serias preocupaciones sobre la privacidad dentro de la comunidad cripto, ya que la tecnología representa otro paso hacia un sistema financiero más centralizado.