El plan RenovAr impulsó el abastecimiento de energía eléctrica a partir de fuentes renovables a través de licitaciones públicas que se desarrollaron entre 2016 y 2019, durante el Gobierno anterior.
Bajo este esquema, las bioenergías compitieron considerando su potencial de generación eléctrica, dejando de lado otras externalidades positivas que presentan el biogás y la biomasa.
Por caso, Ignacio Ferlijiwskyj, socio fundador de Lignis, expone que “lo que no tuvo en cuenta RenovAr es que en general las plantas de biomasa utilizan el sistema de potencia firme con planes de funcionamiento permanente, contrario a lo que es solar y eólica”.
“Fue poner a la biomasa en línea de discusión dentro de serie de otras energías”, agrega.
Y sostiene que “en el plan quedó toda la parte térmica afuera. Esto es más importante y eficiente para la biomasa”.
Por caso, la biomasa seca depende de cómo se comporta en cada cuenca o región, lo que según Ferlijiwskyj hace “muy difícil que se pueda manejar a nivel nacional”, hablando de posibles medidas para el sector.
“Sin embargo sí harían falta acciones concretas a nivel institucional para dar impulso”. Y pone en ejemplo lo hecho en Cataluña y en Madrid, donde en los edificios públicos, una parte funciona con biomasa.
“Allí se produjo una demanda mínima que a su vez generó una oferta”, acota.
No todo es desfavorable, ya que considera que “la temática de biomasa está avanzando en Argentina. Las pymes o empresas del sector buscan economizar costos y la biomasa es una manera”.
“Incluso las grandes empresas ven a la biomasa como una opción para bajar su huella de carbono global”, fundamenta.
En tanto, Ferlijiwskyj pone como ejemplo el sistema de biomasa seca generado por la empresa Lignis, denominado UrBioPaq, donde la poda, considerada residuo en muchos casos, es reincorporada al sistema y se la utiliza como energía, es decir, se la revaloriza.
A dicha característica se le agrega que el empleo mantiene la misma cantidad de trabajadores que una poda municipal “y ocasionalmente se requieren uno o dos empleados más”.
Otra de las propuestas dentro de UrBioPaq es que en algunas de sus sedes funciona el programa de primer empleo o para empleados con capacidades especiales.
“Son equipos baratos de arreglar y sencillos de usar. Es fácil dárselo a empleados que no tienen mucha experiencia con máquinas para capacitarlos y generar empleo de calidad”, asegura el ingeniero agrónomo.
El sistema de biomasa seca generado por la empresa Lignis, denominado UrBioPaq, aplica un método para el aprovechamiento bioenergético de las podas urbanas.
Se basa en la densificación en origen, del material de poda con un equipo específico. El material ya densificado se transporta a un sitio de disposición intermedia donde se seca naturalmente y posteriormente se comercializa a industrias o se utiliza como combustible doméstico.
Esto implica tomar un residuo y reincorporarlo al sistema para usarlo como energía. Como consecuencia se generan varias ventajas: valorizar un residuo, el ahorro de dinero en el sistema de gestión de residuos, la generación de trabajo local.
Por otra parte, el gran impacto ambiental llegaría al evitar saturar los sitios de enterramiento y achicar la generación de metano.
En cuanto al funcionamiento del sistema, el ingeniero agrónomo comenta que “son tres las variantes que posee al momento de actuar” y que “con una máquina que trabaja con menos de 20 HP de potencia”.
La primera forma es la tradicional, detrás de la cuadrilla de poda cuando la misma es organizada por el municipio. Los podadores en vez de tirar los residuos en camiones o acumularla al borde de la vereda, la arrojan en el equipo. Allí se llenan los paquetes y posteriormente se los lleva al predio de disposición final.
Otro método ocurre cuando la poda no es organizada. Se establece una grilla de recorrida con la empaquetadora y se hace el empaquetado directamente en la calle. La recolección sucede a los dos días en puntos intermedio para acopie social.
La última opción es directamente en el basural. Se acumula la poda en un campo, aunque muy dispersa y se realiza una limpieza. Ferlijiwskyj señala que “este método es menos eficiente porque perdés el ahorro de recolección”.
Otro de los puntos positivos que posee el sistema que promueve Lingis es que en algunas de sus sedes funciona el programa de primer empleo o para empleados con capacidades especiales.
“Son equipos baratos de arreglar y sencillos de usar, por lo que es fácil dárselo a empleados que no tienen mucha experiencia con máquinas para capacitarlos y generar empleo de calidad”, asegura el ingeniero agrónomo.
Y agrega: “Se mantiene la misma cantidad de empleados que un sistema de recolección de poda, y ocasionalmente se requieren uno o dos empleados más”.
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