Después de un 2020 en donde el Covid-19 causó estragos en el gasto de los consumidores y la actividad empresarial, la economía global recuperará su fuerza, especialmente en la segunda mitad de este año. China, junto con los países en desarrollo de América Latina, liderará esta recuperación, así afirma un grupo de economistas en la Cumbre Argus Live Crude.
Pero un comodín en esta recuperación es Rusia y OPEP +. Durante el año pasado, Arabia Saudita y Rusia se enfrentaron sobre cuándo aumentar la producción, de esta mala experiencia, ambas naciones aprendieron la lección.
Es así como a principios de este año, Arabia Saudita decidió recortar voluntariamente 1 millón de bpd en respuesta a los precios de soporte.
La postura e intereses de Rusia
En el seno de la OPEP +, Rusia quiere aumentar la producción y no solo por razones económicas, también tiene intereses respecto a la producción de shale oil de Estados Unidos.
Para Helima Croft, directora general y directora global de estrategia de materias primas en RBC Capital Markets, Rusia quiere evitar que los productores de shale de EE. UU. recuperen el dominio.
Especialmente si EE. UU. impone sanciones económicas por ataques cibernéticos e interferir con las elecciones. La administración Biden probablemente será «muy dura con Rusia», en este caso.
Rusia no quiere que se abra un salvavidas a los productores de shale y permitir nuevamente el dominio energético estadounidense.
Para Croft. Rusia está cansada de una situación en la que Estados Unidos crece y ellos (Rusia) reciben sanciones.
De esta manera, Rusia estaría en la posición de pensar que, si ellos no ponen más barriles en el mercado, entonces alguien más lo hará, dijo Croft, refiriéndose a los productores de shale de Estados Unidos.
Pero Michael Cohen, economista en jefe de Estados Unidos y jefe de análisis de petróleo de BP, dijo que la industria petrolera estadounidense es un grupo poco homogéneo que actúa al unísono, especialmente con las estrategias de producción.
Señaló que los principales productores independientes han dicho claramente que no tienen interés en crecer en un mercado con exceso de oferta. La verdadera pregunta es qué harán las empresas privadas y las grandes empresas estadounidenses como ExxonMobil y Chevron porque «pueden aumentar fácilmente el gasto en la cuenca del Pérmico».
Aun así, Cohen cree que los productores estadounidenses seguirán creciendo a un ritmo constante de 100.000 a 200.000 bpd por año en el futuro previsible.