La bioenergía tiene el potencial de proporcionar hasta un 20 por ciento del consumo total de energía de Australia en la década de 2050, según un informe elaborado por la consultora Deloitte en nombre de la Agencia Australiana de Energías Renovables (Australian Renewable Energy Agency, Arena, por sus siglas en inglés), que es un financiador de energías renovables financiado por el gobierno australiano.
Arena se comprometió a financiar 131 millones de dólares australianos (95 millones de dólares) durante el periodo 2012-20, cubriendo 38 proyectos relacionados con la bioenergía por un valor total de 1.400 millones de dólares australianos.
La bioenergía podría proporcionar hasta 244PJ/año (6.520 millones de m³/año) de calor industrial renovable, lo que representa alrededor del 33% del mercado total de calor industrial, según el informe sobre la hoja de ruta de la bioenergía en Australia.
También podría proporcionar hasta 105 PJ/año de gas renovable, utilizado dentro de la red de gasoductos existente en Australia y compatible con el hidrógeno de bajas emisiones, que en conjunto representan el 23% del mercado total de gas por gasoducto.
El informe sugiere que el despliegue temprano de plantas precomerciales de producción de SAF podría crearse para producir hasta 33.000 b/d de SAF, lo que representa aproximadamente el 18% del mercado australiano de combustible para la aviación.
Para alcanzar estas aspiraciones será necesario un cambio drástico en el sector de la bioenergía en Australia, que también incluye la conversión de residuos en energía, ya que tiene una cuota relativamente pequeña en los mercados de combustibles para el transporte por carretera y de generación de energía. En Australia no existe un mercado de FAE, aunque la aerolínea nacional australiana Qantas Airways operó el primer vuelo comercial con biocombustible entre Estados Unidos y Australia en enero de 2018.