En un comunicado divulgado la semana pasada, BlueFloat Energy, con sede en Madrid, dijo que quería desarrollar los proyectos con la empresa asesora Energy Estate, presente en las ciudades australianas de Sydney, Canberra y Adelaida.
Los proyectos propuestos son el Hunter Coast Offshore Wind Project, de 1,4 gigavatios, que se ubicaría en aguas de Newcastle (Nueva Gales del Sur); el Wollongong Offshore Wind Project, con una capacidad de 1,6 GW y repartido en dos emplazamientos frente a Wollongong (Nueva Gales del Sur); y el Greater Gippsland Offshore Wind Project, de 1,3 GW, previsto en aguas de la región de Gippsland (Victoria).
Según BlueFloat Energy, los proyectos de Hunter Coast y Wollongong utilizarán tecnología eólica flotante. El parque eólico de Greater Gippsland será un desarrollo fijo en el fondo.
«La energía eólica marina está en auge en todo el mundo y ahora es el momento de Australia», dijo Carlos Martín, director general de BlueFloat Energy, en un comunicado.
«Nos entusiasma la perspectiva de introducir los dos tipos de tecnología eólica marina (…) en Australia, ya que esto nos permitirá aprovechar algunos de los mejores recursos eólicos marinos a nivel mundial».
Se produce después de que un informe del Global Wind Energy Council revelara que se instalaron 6,1 GW de capacidad eólica marina en 2020, una pequeña disminución en comparación con los 6,24 GW de 2019.
El informe del GWEC, publicado a principios de este año, prevé que se instalen más de 235 GW de capacidad eólica marina a lo largo de la próxima década, sin embargo, con una capacidad total que alcanzará los 270 GW para el año 2030.
Australia no tiene actualmente ningún parque eólico marino. A finales de noviembre, el Parlamento australiano aprobó una serie de leyes que, según las autoridades, «apoyarán el desarrollo de la industria de la energía en alta mar y generarán nuevos puestos de trabajo e inversiones en parques eólicos marinos y proyectos de transmisión».
En una declaración de entonces, Angus Taylor, ministro australiano de Industria, Energía y Reducción de Emisiones, dijo que la legislación «aceleraría una serie de proyectos clave que ya están en desarrollo».
Entre ellos se encuentra Star of the South, otro parque eólico marino que se ha propuesto para las aguas de la costa de Gippsland. Los impulsores del proyecto afirman que, si Star of the South «se desarrolla al máximo de su potencial», la instalación suministrará energía a unos 1,2 millones de hogares del estado de Victoria.
En los últimos años, varias empresas se han involucrado en proyectos de energía eólica marina flotante.
Ya en 2017 la noruega Equinor inauguró Hywind Scotland, una instalación de 30 megavatios que califica como «el primer parque eólico marino flotante a gran escala.»
Luego, en septiembre de 2021, otra empresa noruega, Statkraft, dijo que había comenzado un acuerdo de compra a largo plazo relacionado con un parque eólico marino flotante apodado «el más grande del mundo».
Por otro lado, RWE Renewables y Kansai Electric Power anunciaron en agosto que habían firmado un acuerdo para estudiar la «viabilidad de un proyecto eólico marino flotante a gran escala» en aguas de la costa japonesa.
Las turbinas eólicas marinas flotantes son diferentes de las turbinas eólicas marinas fijas en el fondo del mar. Una de las ventajas de las turbinas flotantes es que pueden instalarse en aguas más profundas que las fijas.
RWE ha descrito las turbinas flotantes como «desplegadas sobre estructuras flotantes que se fijan al lecho marino con líneas de amarre y anclas».