La energía eólica se ha convertido en una fuente de generación de electricidad clave para el cambio del modelo energético, más limpio y sostenible. Se obtiene al convertir el movimiento de las palas de un aerogenerador en energía eléctrica. La eólica no contamina, su fuente de obtención –el viento– es inagotable y, además, reduce el uso de combustibles fósiles, origen de las emisiones de efecto invernadero que causan el calentamiento global.
La apuesta de España por este tipo de energía –y por las renovables en general– es claro. Y es que el viento sopla a nuestro favor. Nuestro país se ha convertido en el segundo productor de energía eólica de Europa, después de Alemania, y el cuarto del mundo, detrás de China, Estados Unidos y Alemania. Además, en 2020 este tipo de energía aportó el 21,9% de la electricidad consumida en España.
Entonces, ¿cuál es el problema? Hasta ahora no ha habido ninguno, pero la aplicación de la eólica es relativamente reciente y los aerogeneradores tienen una vida útil de 20 a 30 años. Hasta la fecha no ha sido necesario cambiar y modernizar la estructura de las plantas eólicas, pronto habrá qué hacerlo. Y una de las grandes preguntas que surgen ese: ¿Qué ocurre con las palas de los aerogeneradores que miden 20 metros de altura?
Gas vs. renovables: Qué pasará en Europa a 2035 Se calcula que en España pronto será necesario sustituir más de 60 mil palas. Foto: Getty Creative.
Las imágenes de aspas de centenares de aspas siendo enterradas en EEEUU ya circulan por las redes sociales. Se han denominado “cementerios de palas” y ocupan grandes superficies –algunas miden lo mismo que un campo de futbol– debido al gran tamaño de estas estructuras.
Hasta la fecha, este problema ha pasado completamente desapercibido, pero tendrá que afrontarse más pronto que tarde. En España, la Asociación Empresarial Eólica (AEE) cifra en 1.265 los parques eólicos en España. En total, hay 21.419 aerogeneradores, cada uno con tres palas. Por lo tanto, en nuestro país se calcula que actualmente hay 64.257 palas que durante los próximos años se convertirán en residuos, a no ser que se reciclen. Mapa de los precios eléctricos en Europa
EL MERCADO DE SEGUNDA MANO
En Europa, se eliminan alrededor de 3.800 palas al año al quedarse obsoletas, se estima que en Estados Unidos ya son más 8.000 las que se descartan. Estas palas se amontonan bajo tierra porque sale más barato que reciclarlas, pero esto un problema ecológico para una energía limpia como la eólica.
Muchas palas de los aerogeneradores que han tenido que cambiarse hasta ahora han pasado al mercado de segunda mano. Pero a medida que el número de palas sustituidas aumente, será más difícil que el mercado de segunda evite que acaben acumulándose en vertederos.
RECICLAJE COMO SOLUCIÓN
El español Álex Costa es el cofundador de Ventos Metódicos, una empresa portuguesa nacida en 2019 que convierte las palas de molinos de viento en lámparas, sillas o estanterías. El objetivo es aprovechar absolutamente todo el material sin recurrir a procesos químicos que puedan ser contaminantes. Por ejemplo, una opción es convertir las palas de molinos de viento que tienen que modernizar en mobiliario de oficina.
NUEVAS LEGISLACIONES
La AEE y WindEurope solicitaron en junio a la Comisión Europea que se prohíba el vertido de palas de aerogeneradores fuera de servicio en Europa. La prohibición debería entrar en vigor en 2025 y aplicarse también a otros grandes componentes compuestos de las góndolas de los aerogeneradores modernos. Con esta petición, la industria eólica europea se compromete activamente a reutilizar, reciclar o recuperar el 100% de las palas desmanteladas. Al mismo tiempo, el sector eólico se compromete a no enviar las palas desmanteladas de Europa a otros países fuera de Europa para su vertido.
Lamentablemente, los gobiernos aún no están del todo concienciados con este tema porque todavía no lo ven un problema. Lo cierto es que, en 2050, el número de desechos en todo el mundo por parte de la industria eólica podría superar las 43 millones de toneladas. Es importante fomentar la gestión de residuos eólicos antes de que se sea demasiado tarde.
La energía eólica se ha convertido en una fuente de generación de electricidad clave para el cambio del modelo energético, más limpio y sostenible. Se obtiene al convertir el movimiento de las palas de un aerogenerador en energía eléctrica. La eólica no contamina, su fuente de obtención –el viento– es inagotable y, además, reduce el uso de combustibles fósiles, origen de las emisiones de efecto invernadero que causan el calentamiento global.
La apuesta de España por este tipo de energía –y por las renovables en general– es claro. Y es que el viento sopla a nuestro favor. Nuestro país se ha convertido en el segundo productor de energía eólica de Europa, después de Alemania, y el cuarto del mundo, detrás de China, Estados Unidos y Alemania. Además, en 2020 este tipo de energía aportó el 21,9% de la electricidad consumida en España.
Entonces, ¿cuál es el problema? Hasta ahora no ha habido ninguno, pero la aplicación de la eólica es relativamente reciente y los aerogeneradores tienen una vida útil de 20 a 30 años. Hasta la fecha no ha sido necesario cambiar y modernizar la estructura de las plantas eólicas, pronto habrá qué hacerlo. Y una de las grandes preguntas que surgen ese: ¿Qué ocurre con las palas de los aerogeneradores que miden 20 metros de altura?
Gas vs. renovables: Qué pasará en Europa a 2035 Se calcula que en España pronto será necesario sustituir más de 60 mil palas. Foto: Getty Creative.
Las imágenes de aspas de centenares de aspas siendo enterradas en EEEUU ya circulan por las redes sociales. Se han denominado “cementerios de palas” y ocupan grandes superficies –algunas miden lo mismo que un campo de futbol– debido al gran tamaño de estas estructuras.
Hasta la fecha, este problema ha pasado completamente desapercibido, pero tendrá que afrontarse más pronto que tarde. En España, la Asociación Empresarial Eólica (AEE) cifra en 1.265 los parques eólicos en España. En total, hay 21.419 aerogeneradores, cada uno con tres palas. Por lo tanto, en nuestro país se calcula que actualmente hay 64.257 palas que durante los próximos años se convertirán en residuos, a no ser que se reciclen. Mapa de los precios eléctricos en Europa
EL MERCADO DE SEGUNDA MANO
En Europa, se eliminan alrededor de 3.800 palas al año al quedarse obsoletas, se estima que en Estados Unidos ya son más 8.000 las que se descartan. Estas palas se amontonan bajo tierra porque sale más barato que reciclarlas, pero esto un problema ecológico para una energía limpia como la eólica.
Muchas palas de los aerogeneradores que han tenido que cambiarse hasta ahora han pasado al mercado de segunda mano. Pero a medida que el número de palas sustituidas aumente, será más difícil que el mercado de segunda evite que acaben acumulándose en vertederos.
RECICLAJE COMO SOLUCIÓN
El español Álex Costa es el cofundador de Ventos Metódicos, una empresa portuguesa nacida en 2019 que convierte las palas de molinos de viento en lámparas, sillas o estanterías. El objetivo es aprovechar absolutamente todo el material sin recurrir a procesos químicos que puedan ser contaminantes. Por ejemplo, una opción es convertir las palas de molinos de viento que tienen que modernizar en mobiliario de oficina.
NUEVAS LEGISLACIONES
La AEE y WindEurope solicitaron en junio a la Comisión Europea que se prohíba el vertido de palas de aerogeneradores fuera de servicio en Europa. La prohibición debería entrar en vigor en 2025 y aplicarse también a otros grandes componentes compuestos de las góndolas de los aerogeneradores modernos. Con esta petición, la industria eólica europea se compromete activamente a reutilizar, reciclar o recuperar el 100% de las palas desmanteladas. Al mismo tiempo, el sector eólico se compromete a no enviar las palas desmanteladas de Europa a otros países fuera de Europa para su vertido.
Lamentablemente, los gobiernos aún no están del todo concienciados con este tema porque todavía no lo ven un problema. Lo cierto es que, en 2050, el número de desechos en todo el mundo por parte de la industria eólica podría superar las 43 millones de toneladas. Es importante fomentar la gestión de residuos eólicos antes de que se sea demasiado tarde.