Hace ocho años, cuando nació El Periódico de la Energía, el mercado eléctrico español se situaba en el entorno de los 40-50 €/MWh. Ese mismo año, 2014, se implantó la tarifa PVPC.
Durante todos estos años hemos ido contando semana a semana, mes a mes, el precio de la electricidad en el mercado mayorista, qué sucedía en los mercados eléctricos europeos, por qué subía o bajaba la electricidad, etc.
Primeros los informes de Francisco Valverde, después con Aleasoft y nosotros mismos hemos ido explicando las circunstancias. Y siempre era lo mismo. España tenía una de las electricidades más caras de Europa.
Los nórdicos jugaban en otra liga gracias a la hidroeléctrica, con precios que rondaban los 15-20 €/MWh. Pero el resto de Europa solía tener una electricidad más barata que en España.
Se achacaba por entonces la culpa a las interconexiones, a que generábamos mucho con tecnologías contaminantes (carbón y ciclos), a que no teníamos prácticamente solar, etc. Eran tiempos de escasez renovable. Se instalaba muy poco o prácticamente nada.
Alemania estaba a años luz de España. Al menos unos 10-15 €/MWh con la electricidad más barata. Francia tres cuartos de lo mismo. También otros países, salvo Reino Unido que por su condición de isla también estaba en la banda de los más caros. italia también nos solía acompañar al igual que nuestra inseparable Portugal.
Entre los más caros
Había como dos bandos, los de la electricidad más barata, centro-norte de Europa, contra los países del sur donde era más cara.
Pero año a año ha ido cambiando la cosa. Y esa diferencia se fue limando hasta el punto de que el mercado de futuros nos decía no hace mucho, en 2020 y 2021 que España iba a tener la electricidad más barata de Europa allá por 2025. Y todo gracias a las renovables, y otras tecnologías inframarginales como la nuclear.
El caso es que este 2022 España va a tener la electricidad más barata de Europa en el mercado mayorista, o al menos frente a los países europeos de su tamaño y relevancia económica dentro del Viejo Continente.
Según datos de Red Eléctrica, a través de su web ESIOS, con datos de OMIE y otros mercados europeos, España cerrará este año sobre los 170 €/MWh de media, el más caro de la historia, pero siendo la más barata de toda Europa.
Portugal, ligeramente por detrás, pero el resto de países a gran distancia. Alemania (238 €/MWh), Reino Unido (242), Países Bajos (244), Bélgica (247), Francia (280) e Italia (306).
Para entender la situación hay que mirar esta otra gráfica. España tocó techo en marzo. A partir de ahí comienza la cuesta abajo del precio, sobre todo desde que se puso en marcha el mecanismo del tope al gas a la generación eléctrica con gas por el mes de junio.
España y Portugal son la línea amarilla. Fíjense el resto de Europa. Y no crean, que los nórdicos estarían con nosotros, más bien con el resto de Europa. Y es que España y Portugal son ahora los nórdicos de 2015, 2016 ó 2021.
Causas
Pero la crisis energética ha invertido todo esto. Es cierto que la guerra de Ucrania ha trastocado todo y que ha acuciado aún más la crisis energética que se estaba cocinando desde 2020 (Ver continua curva de precios al alza).
Es verdad que España estaba siendo de los países más afectados y era de los que tenían la electricidad más cara en el mercado mayorista. Eso hizo que se descontrolara por completo su tarifa regulada. Por eso el Gobierno solicitó ayuda a Europa y consiguió el mecanismo de la excepción ibérica.
Un mecanismo que poco a poco ha ido funcionando y alejando a España y Portugal del resto de Europa. Pero es que sin el mecanismo, también hubiese sucedido. En menor distancia frente a los otros países, pero España y Portugal tendrían un precio de unos 190 €/MWh en el peor de los casos. Es decir 50 €/MWh más baratos que el siguiente país. Y eso se nota.
También es cierto que se ha conseguido en un momento de bajada de la demanda eléctrica, algo más de un 3% frente a 2021, con boom de autoconsumo incluido. Y todo acompañado de una excelente generación renovable que ha ayudado a España a convertirse ahora en la electricidad más barata de Europa.
Ahora sólo hay que saber aprovechar esta ventaja competitiva frente al resto de países europeos y tratar de atraer las mayores inversiones posibles.