Industria 4.0: ¿Qué es y cuándo surgió?

En todos lados, a todas horas, se habla de industria 4.0. Desde planes de negocio, pasando por estrategias de marketing hasta programas de gobierno y políticas públicas, la industria 4.0 es un concepto que se ha incorporado a nuestro lenguaje cotidiano. Pero ¿Cómo, cuándo y dónde se habló por primera vez de este término? Y aún más importante: ¿Qué significa?

La primera vez que se utilizó el concepto de industria 4.0 fue en un artículo publicado el 4 de abril de 2011 en Alemania. Los investigadores Henning KagermannWold-Dieter Lukas y Wolfgang Wahlster, en vísperas de la Hannover Messe de ese año, escribieron un artículo en el que definieron este afamado concepto.

El artículo se publicó en el semanario alemán VDI nachrichten que, desde 1921, ofrece contenido especializado para ingenieros y técnicos en Alemania. Esta publicación es propiedad de la Asociación de Ingenieros Alemanes (VDI, por sus siglas en alemán).

El artículo original de Kagermann, Lukas y Wahlster se tituló «Industrie 4.0: Mit dem Internet der Dinge auf dem Weg zur 4. industriellen Revolution» que, en español, podría traducirse como «Industria 4.0: Con el Internet de las Cosas en camino de la Cuarta Revolución Industrial» y, en síntesis, delineó un concepto que configuró los pilares de la última transformación industrial que ha experimentado el mundo.

Cuando elaboraron este texto, los autores ya eran grandes referentes del sector industrial en Alemania. Henning Kagermann es físico de profesión y, en su momento, fue presidente de la Junta Ejecutiva de la empresa SAP. Por su parte, Wolf-Dieter Lukas también es físico y tiene una exitosa carrera en el sector público y en diversos proyectos de regulación tecnológica en Alemania. Por último, Wolfgang Wahlster estudió informática y lingüística teórica en la Universidad de Hamburgo y se especializó en la investigación de la inteligencia artificial.

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Este texto rápidamente se popularizó a nivel global y, por ello, Kagermann, Lukas y Wahlster son considerados como los fundadores o inventores de la industria 4.0, un concepto que se exportó a todo el planeta y que, actualmente, delinea el futuro de la producción en las fábricas del mundo entero.

El desarrollo del concepto de industria 4.0 en 2011 se dio en un contexto en el que Alemania se replanteó cuál debía ser su papel en el futuro de la industria y la manufactura a nivel global, sobre todo considerando que tan sólo 3 años antes, en 2008, el planeta se había enfrentado a una de las crisis financieras más graves de las últimas décadas. De cierta forma, Kagermann, Lukas y Wahlster escriben su texto desde una justificada preocupación sobre cómo Alemania debía mantener su liderazgo en industrias como la automotriz y la mecánica.

El artículo de estos investigadores alemanes es relativamente corto en su extensión, pero sumamente profundo en su contenido y de alcances universales pues tuvo la virtud de plantear el desarrollo industrial de la humanidad en 4 etapas o grandes revoluciones. Según Kagermann, Lukas y Wahlster, las Cuatro Revoluciones Industriales son las siguientes:

  • Primera Revolución Industrial: Está relacionada con la introducción de instalaciones de producción mecánica y tuvo lugar a finales del siglo XVIII.
  • Segunda Revolución Industrial: Se basó en la producción en masa de bienes que se intensificó desde principios del siglo XX con la división social del trabajo, el uso de la energía eléctrica y la aparición de esquemas productivos como el fordismo y el taylorismo.
  • Tercera Revolución Industrial: Tuvo lugar en el siglo XX y estuvo asociada con una mayor automatización de los procesos de producción impulsada por el uso de la electrónica y las Tecnologías de la Información (TI).
  • La Cuarta Revolución Industrial: Es en la que nos encontramos actualmente en el siglo XXI y sus características principales son la integración de tecnologías digitales y reales, la intensificación en la automatización de procesos y la implementación del Internet de las Cosas (IoT).
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La Industria 4.0 concebida por estos investigadores es un sinónimo de la Cuarta Revolución Industrial o, incluso, una forma de abreviarlo. Se trata de un concepto sumamente complejo que permitió englobar una transformación que, más allá de su nombre, estaba y sigue ocurriendo en países industrializados y que, poco a poco, se ha ido exportando a países en vías de desarrollo. En esta Cuarta Revolución Industrial, a diferencia de las tres anteriores, el énfasis está en cómo el mundo virtual se entrelaza con el real para el monitoreo de la producción y la toma de decisiones estratégicas.

Kagermman, Lukas y Wahlster denominan a la integración de lo digital, asociado al ciberespacio, con lo real, asociado a lo físico, como «sistemas ciber-físicos». Y es esa su principal aportación y definición de industria 4.0: la última etapa del desarrollo industrial es aquella en la que las fábricas físicas se llevan al mundo virtual a través del internet, software especializados y sensores colocados en los equipos de producción.

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En este sentido, los autores concluyen que la Tercera Revolución Industrial se basó en el uso de nuevos materiales y la incorporación de robots a las líneas de producción mientras que la Cuarta Revolución Industrial se sustenta en el Internet de las Cosas, los sistemas ciber-físicos y la comunicación entre máquinas (M2M).

En su artículo fundador de 2011, los autores afirman que países altamente industrializados, como Alemania, liderarán esta última transformación que, como ocurrió con las tres anteriores, traerá como consecuencia un incremento considerable en la productividad y optimizará los recursos empleados en las fábricas.

Según estos autores, esta idea de combinar lo físico con lo virtual representa un cambio en el paradigma industrial pues, por primera vez, el producto resultante controla el proceso de producción en sí mismo, monitorea los parámetros ambientales relevantes a través de los sensores incorporados y activa las contramedidas apropiadas en caso de fallas. De otra manera, el producto final se convierte en observador y actor al mismo tiempo.

A más de un década de la aparición del término, lo cierto es que la transformación industrial 4.0, al incorporar nuevas tecnologías y formas autónomas de producción, no ha estado exenta de retos económicos y sociales pues implica implícitamente una reformulación del trabajo de las personas en las fábricas y, además, requiere de grandes inversiones públicas y privadas en infraestructura, equipos y software avanzados.

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