En paralelo al cierre del acuerdo con el Mercosur, los líderes de la UE abren negociaciones con sus pares latinoamericanos para hacerse con los recursos que el continente necesita para su transición verde.
Europa es hoy un continente de urgencias. Los apremios, que son muchos, van a distintas velocidades. Los que más preocupan (y ocupan) son los inmediatos: la falta de gas, el encarecimiento de los combustibles, la inflación, la desindustrialización, el desempleo y el fuerte descontento social, entre otros.
Mientras intentan resolver esos problemas y atajar un inédito cúmulo de demandas, los líderes europeos abren negociaciones a largo plazo para evitar lo que asoma como el más grande de los dolores de cabeza: una fallida transición energética por el déficit de materias primas y de recursos.
La preocupación ya no es un tabú en Bruselas. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, viene advirtiendo que productos básicos como el litio y las tierras raras serán, en los próximos años, «más importantes que el petróleo y el gas». Según los cálculos oficiales, la demanda europea se quintuplicará para 2030.
Latinoamérica es una región clave para evitar el catastrófico escenario de una incompleta transición verde. Semanas atrás, LPO dio cuenta de un acuerdo que pasó bastante desapercibido. La UE y Chile modernizaron y ampliaron el pacto comercial vigente desde hace décadas con un asterisco no menor: las multinacionales europeas van a tener mayor acceso al litio al poder pagarlo a precio local.
El acceso a este mineral fue un tema central de conversación en las reuniones que esta semana el canciller alemán, Olaf Scholz, mantuvo con los presidente de Chile y Argentina, Gabriel Boric y Alberto Fernández, respectivamente. Estos dos países, junto a Bolivia, conforman el «triángulo del litio», con el 68% de los reservorios globales.
En Chile, Scholz firmó un acuerdo de cooperación sobre la Asociación Chileno-Alemana para la minería y un memorando de entendimiento sobre la cooperación en el campo de la investigación, el desarrollo y la innovación del litio.
Hay Estados que piensan que todas las materias primas vienen de China, pero eso no es así. De hecho, muchas materias primas provienen, por ejemplo, de Argentina o Chile, y se envían desde allí a China, donde se procesan y luego se venden nuevamente
La contraprestación de Alemania es la inversión de infraestructura para, por un lado, que todo el proceso se realice localmente (que no se exporte a China) y, por el otro, para ayudar a que la extracción y el procesamiento sean sustentables. «Estamos feliz de apoyar a Chile en su camino hacia la minería sostenible», dijo el canciller en este sentido.
«Hay Estados que piensan que todas las materias primas vienen de China, pero eso no es así. De hecho, muchas materias primas provienen, por ejemplo, de Argentina o Chile, y se envían desde allí a China, donde se procesan y luego se venden nuevamente», agregó.
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Y preguntó: ¿No podemos garantizar que la primera ronda de procesamiento, que genera cientos sino miles de puestos de trabajo, pueda tener lugar en los países de origen?
«En muchos casos el primer procesamiento [de litio] no se lleva a cabo en estos países, es algo que es difícil de entender. Existen grandes oportunidades de crear valor añadido en este contexto si uno lo maneja de forma justa junto con los ciudadanos sobre el terreno, se puede llegar a un consenso, y eso es lo que debemos lograr», subrayó.
Boric aprovechó la cumbre para anunciar que su gobierno va a «crear una empresa nacional de litio». «Chile tiene todo el derecho y el deber de poder ser partícipe de lo que genere esta industria y lo vamos a hacer mediante una exploración y explotación estatal», aclaró.
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Scholz admitió que los «los tesoros del futuro deben ser justos» a través de una «estricta complementariedad». «Abogo por que esto se lleve a cabo en Europa porque los países con recursos naturales también puedan beneficiarse de ello», concluyó sobre el tema.
El potencial productivo de la Argentina nos ubica como un socio confiable y estable en el proceso de autonomía estratégica que busca la Unión Europea
Con Fernández, además del litio -se firmó otro memorando de entendimiento y se avanzó sobre futuros acuerdos comerciales a través de un foro empresarial-, Scholz preguntó por el hidrógeno verde, un vector energético estratégico para descarbonizar las industrias.
Alemania, que días atrás anunció su participación en el corredor H2Med, va a necesitar de muchos proveedores para satisfacer la demanda proyectada. Argentina pretende producir 10 millones de toneladas para 2030.
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Se calcula con la mayoría de los países europeos van a requerir de producción externa. «Si el hidrógeno de bajas emisiones se vuelve más competitivo como vector de energía, se espera que las regiones con costos de producción potencialmente bajos (como América Latina, Medio Oriente o África) puedan abastecer de manera rentable a usuarios distantes (Europa)», alertó la Agencia Internacional de la Energía (AIE) en su último informe sobre el incipiente mercado del hidrógeno verde.
«Lo que estamos proponiendo es una asociación estratégica que nos permita ganar a todos», dijo el presidente argentino sobre esta negociación. Materia prima (hidrógeno renovable) a cambio de mecanismos de financiamiento y de inversión directa para construir la infraestructura.
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La necesidad de avanzar en estos acuerdos es tal que, este miércoles, el ministro argentino de Asuntos Exteriores, Santiago Cafiero, se reunió en Bruselas con comisaria europea de Energía, Kadri Simson, para mantener las negociaciones en agenda.
El funcionario latinoamericano insistió en el interés de su país de ser «proveedor» para la UE de energía, en especial de hidrógeno verde, y minerales estratégicos, como el litio. «El potencial productivo de la Argentina nos ubica como un socio confiable y estable en el proceso de autonomía estratégica que busca la Unión Europea», remarcó. «Argentina es un socio importante para Europa y estamos abiertos a explorar el potencial para una mayor cooperación en materia energética», respondió Simson.