Las «centralitas», un sueño que crece con las renovables

Las viejas centrales hidroeléctricas, construidas en la provincia a finales de la década del ’40, tienen una chance de reactivarse con el boom de las energías renovables. La provincia de Neuquén tiene al menos 16 “centralitas”, como las llaman, que son como piezas de museos, escondidas en los parajes y que alguna vez dieron energía en el inicio de los pueblos.

La más importante y con más posibilidades de restaurarse es la de Arroyo Calbuco, ubicada en la montaña, en los alrededores de San Martín de los Andes, que está inactiva hace 30 años. Es una antigua central que hoy está abandonada, tapada de rocas y llena de grafitis en el derruido interior de las instalaciones. Una paisaje arquitectónico de otra época.

El proyecto para restaurar esta microcentral es de U$S 1.460.000, en el contexto de una iniciativa aún mayor que tiene la provincia de Neuquén: la búsqueda de financiamiento por U$S210 millones, para proyectos de energías renovables, que van desde la ampliación del parque solar El Alamito, en Chos Malal, hasta la construcción del Parque Eólico en Picún Leufú.

El proyecto de ley enviado a la Legislatura Provincial autoriza también a emitir “Títulos para el Desarrollo de Energías Renovables del Neuquén (TIDERNEU)”.

La sala de máquina de la vieja usina de San Martín de los Andes. Está abandonada y puede restaurarse.

La sala de máquina de la vieja usina de San Martín de los Andes. Está abandonada y puede restaurarse.

La iniciativa de la Agencia para la Promoción y Desarrollo de Inversiones del Neuquén Sociedad del Estado Provincial (ADI-NQN) es reactivar algunas de ellas, darle no sólo un valor sustentable dese el financiamiento (se pagaría el crédito con la venta de energía), sino también turístico. El proyecto, en primera instancia, vino de la mano del Ente Provincial d energía del Neuquén para ceder las instalaciones a la agencia neuquinia.

La central tiene un salto de 30 metros y se pretende ampliar la generación a 4,8 MW, una potencia suficiente como para abastecer a gran parte de los parajes y la ciudad de San Martín de los Andes. Esa central, precisamente, fue la que comenzó con la electrificación de la centenaria ciudad, en la época de Agua y Energía SE.

La empresa estatal la instaló para dar energía al pueblo, a fines de la década del ’40, en el auge del gobierno de Juan Domingo Perón y cuando Neuquén era territorio nacional. La centralita funcionó hasta principios de los ’90 y se conservó como “reserva fría” y en 1993 quedó fuera de servicio.

“Es la central que en mejor condición está para comenzar a restaurarla y estamos en una etapa de búsqueda del financiamiento. Es muy emotivo, porque muchas personas de la tercera edad de San Martín de los Andes se acuerdan de esta central y sería muy bueno tenerla nuevamente en funcionamiento, como partir del proyecto de energías renovables”, dijo a +e José Brillo, presidente de ADI-NQN.

El salto de una de las centralitas, en arroyo Calbuco. Tiene tiene unos 30 metros de altura y fue la primera central que abasteció de energía a San Martín de los Andes.

El salto de una de las centralitas, en arroyo Calbuco. Tiene tiene unos 30 metros de altura y fue la primera central que abasteció de energía a San Martín de los Andes.

Hay seis proyectos que buscan financiamiento entre estas microcentales, que son la de Aluminé, en el pasaje donde pasa el río Ruca Choroi. El costo de ponerla en marcha es de unos U$S 540.000 con una potencia de 0,25 MW.

Otra es la del paraje Auquinco, cuyo arroyo tiene un salto de 58 metros y el costo para la reparación de esa centralita es de U$S 125.000 con una potencia de 0,07 MW. También está la centralita de La Fragua, en el paraje Manzano Amargo, que tiene una potencia de 0,12 MW, con un salto de 55 metros de altura y que demandará una inversión de U$S 290.000.

La central en el paraje Butaco, cerca del Barrancas tiene una potencia de 0,29 MW y su restauración tiene un presupuesto de U$S 445.000. Es la central con el salto más amplio, con 175 metros desde una cascada en todo el recorrido.

El arroyo Covunco, en la localidad de Mariano Moreno también tiene una central de 0,029 MW, de poca potencia pero que suma a la electrificación de las zonas rurales. En este caso, demanda una inversión de U$S 350.000 con un salto del arroyo de 80 metros de altura.

Por ahora, todo está en una etapa de financiamiento. Y se espera que la recuperación de estas centrales sean un aporte más al sistema de generación verde de la provincia de Neuquén.

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