En la provincia ecuatoriana de Loja se construirá el parque eólico Villonaco III que tendrá una capacidad de 110 megavatios y será el más grande de este país. La concesión del proyecto, que comprende una inversión privada de US$ 181 millones, fue suscrito por el presidente Guillermo Lasso el jueves 6 de julio, en Quito.
El proyecto estará a cargo del consorcio español Cobra, que también tiene inversiones en el sector petrolero del país, y funcionará a partir de 2025. Podrá abastecer con energía eléctrica a 30.000 familias, explicó el mandatario.
Villonaco III tendrá una capacidad instalada equivalente a siete veces más que el parque Villonaco I, que produce 16 megavatios. Con la puesta en marcha del nuevo proyecto eólico se evitará la emisión de 321.000 toneladas de CO2 cada año, que es como sacar de circulación a 5.000 buses urbanos, detalló Lasso.
“Es una concesión por 25 años, con una inversión de US$ 181 millones. Es una inversión totalmente privada”, destacó el presidente Lasso y resaltó que robustecerá el abastecimiento de energía eléctrica durante la época seca de la cuenca Amazónica, evitando riesgos de apagones.
Lasso señaló que las alianzas entre la empresa privada y el sector público son un excelente camino para alcanzar el progreso y desarrollo de las naciones. “Cuando un país no dispone de suficientes recursos para realizar las obras que necesita, lo lógico es recurrir a quienes tienen el dinero y la voluntad para hacerlas”, precisó.
El contrato de concesión al Grupo Cobra comprende el diseño, financiamiento, construcción, instalación, montaje, puesta en servicio, operación, mantenimiento y venta de energía eléctrica.
El ministro de Energía ecuatoriano, Fernando Santos, indicó que se crearán alrededor de 900 empleos, entre directos e indirectos. Recalcó que con este proyecto el país cumple con su compromiso de evitar el calentamiento global modificando su matriz energética hacia energías limpias y renovables.
Señaló que entre mayo de 2022 e igual mes de 2023 la demanda de energía en Ecuador incrementó un 10%, lo que implica la necesidad de contar con “grandes inversiones” para la generación de energía eléctrica.