El Corporate Affairs Director de Livent, Ignacio Acosta, aseguró que cada compañía a la que le suministran carbonato de litio requiere una producción con distintos criterios y aborda su cadena de valor de diferente manera. “El producto tiene muchísimo valor agregado desde el momento en que se extrae la salmuera, todo lo demás está asociado al proceso químico”, explicó.
Así como la Argentina ocupa el cuarto puesto según el abastecimiento de la demanda mundial de litio, Livent es el principal exportador de carbonato procedente del medio local. “El país tiene una responsabilidad muy grande por la demanda que hay. Ahí está la ventana de oportunidad que tenemos. Deberíamos hacer las cosas muy mal para no pasar a Chile en 2030”, remarcó Ignacio Costa, Corporate Affairs Director de la empresa.
Según sus palabras, la principal responsabilidad que tiene la Argentina, como país, y Livent, como productora, es seguir suministrando litio de calidad de manera confiable. “El ambiente regulatorio tiene que estar en línea con eso.
Es importante construir una agenda conjunta con los proveedores locales y que haya una articulación público-privada. Una punta de lanza es la Mesa del Litio, en la medida en que esa agenda no sea sólo política y todos puedan dialogar de manera racional y facilitada por el Estado, como sucedió con Vaca Muerta”, afirmó.
La compañía, pionera en la producción de carbonato de litio, fue de las pocas que transitó a la escala comercial y logró venderle a grandes jugadores del sector automotriz. “Tenemos contrato comercial con diferentes firmas automotrices del mundo (Tesla y BMW, entre otras), además de fabricantes de baterías. Livent invierte tiempo en el conocimiento del cliente.
Por ende, el producto es diferente para cada uno de ellos. Para nosotros el litio no es un commodity, hasta tanto los clientes se pongan de acuerdo y estandaricen el producto”, declaró.
En cuanto a los proyectos que posee Livent actualmente, Costa comentó que hay proyectos en fase 1A y fase 1B con la mitad de la inversión ya puesta. “Este año la producción llegaría a las 30.000 toneladas (Tn) y para finales del año que viene la fase 1B nos llevaría a 40.000. También tenemos en estudio una tercera expansión que nos posibilitaría producir 100.000 Tn para finales de 2030”.
En relación con el resto de los proyectos litíferos del país, señaló que las iniciativas exploratorias nunca demandan menos de entre cinco y siete años. “Hay proyectos del Noroeste Argentino (NOA) que están desde hace más de 10 años. No es fácil, hay que conocer la salmuera, adaptar la tecnología, desarrollar la relación con el cliente, y encima las cadenas de suministro están cambiando”, sostuvo.
Acuerdo país-país.
El directivo se refirió a la necesidad que tiene Estados Unidos de ocupar un rol importante dentro de la industria litífera. El gobierno de Joe Biden viene de sancionar en 2022 la Ley de Reducción de Inflación, un ambicioso proyecto que prevé un esquema de promoción que incentivar, entre otros objetivos, el desarrollo de la movilidad eléctrica.
Para eso, la administración norteamericana pretende desarrollar toda la cadena de valor del litio en su territorio o en países con acuerdos comerciales establecidos. “Aun con la cantidad de presupuesto invertido por ellos, los proyectos van a demorar. Que China tenga entre un 70% y un 80% de la producción de baterías genera un miedo importante en Occidente”, expuso Costa.
“Esta situación para la Argentina tiene impacto. Como compañía estamos tratando que el carbonato que se produzca pueda exportarse al mercado norteamericano e ingrese a esa ley de Estados Unidos. Necesitamos ser la excepción a ese acuerdo”, concluyó.