Salto Grande: Cómo es el plan de extensión de vida útil e incremento de eficiencia

La modernización de la represa binacional demandará US$1000 millones a lo largo de un programa de 30 años y permitirá mayor generación y un aporte a la descarbonización del sistema.

Los equipos de la represa binacional Salto Grande cuentan con 40 años de servicio y, considerando la importancia de esta hidroeléctrica para los sistemas nacionales de energía de Argentina y del Uruguay, y el tiempo que lleva la renovación de los equipos principales, se decidió avanzar en el proceso de extensión de su vida útil por otros 40 años, modernización de sus instalaciones, el incremento de su capacidad de generación y contribuir así a la descarbonización del sistema.

El proyecto, gestado en 2013 y que este año completó su primera etapa, podrá ingresar ahora en la transformación profunda de los equipos a partir del financiamiento que el Gobierno nacional acaba de cerrar con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) por unos US$ 475 millones, con un plazo de utilización por los próximos 15 años. El desarrollo del plan de acción a implementar en el Complejo Hidroeléctrico Salto Grande consiste en extender la vida útil del parque generador, su capacidad de producción, eficiencia y seguridad, y a lo largo de tres etapas lograr la renovación total del equipamiento electromecánico e infraestructura en un período de 30 años.

La represa, cuya construcción se inició en 1974 y se finalizó en 1983 con la puesta en funcionamiento del último hidrogenerador, tiene una capacidad de 1.890 Mw potencia, a través de sus 14 turbinas Kaplan, que en 43 años de operación abastecieron el 32% de la demanda eléctrica de Uruguay y 3% de la Argentina y es el principal regulador de frecuencia del sistema interconectado. La inversión por casi US$1.000 millones para un programa de 30 años y el diseño de más de 200 proyectos para la modernización, no sólo se justifica por considerar que la sustitución de su generación de electricidad por otras fuentes se estima en un coto de US$ 680 millones anuales, sino que se valora su aporte a la transición hacia las energías renovables y el cambio en la matriz energética de ambos países.

El programa permitirá mantener la operación del complejo hidroeléctrico con índices adecuados de disponibilidad y confiabilidad, beneficiando a 17,2 millones de usuarios de los sistemas eléctricos de Argentina y Uruguay con energía renovable, un servicio de calidad y costo-eficiente. Los beneficiarios en Argentina serán casi 2.000 productores citrícolas, de arándanos y hortícolas, 291 establecimientos foresto-industriales; 908 hoteles y restaurantes y más de 2.200 comercios.

Salto Grande ha trazado un plan estratégico a 30 años para la renovación de la infraestructura y equipamiento electromecánico auxiliar y principal del Complejo Hidroeléctrico, con el objetivo de mantener y extender la vida útil de Salto Grande, su capacidad de producción, eficiencia y seguridad para los próximos 40 años. Las razones de todo el proceso se encuentran en que el equipo electromecánico, el equipo de control de mando y monitoreo, posee una vida útil de no más de 20 años y entre 40 y 60 años los equipos principales de generación, como son las turbinas, los generadores, los interruptores, los transformadores, los reactores.

No obstante, se destaca que los equipos principales han tenido en la vida de Salto Grande una muy alta disponibilidad y una muy baja tasa de fallas, gracias a la robustez y generosidad de los diseños.

El Proyecto ha sido dividido en tres etapas, y actualmente Salto Grande está concluyendo la primera de ellas dedicada en particular al diagnóstico, diseño de todo el proceso y la realización de las primeras obras básicas, y encara la segunda por los próximos seis años, a partir de la renovación del financiamiento recientemente acordado con el BID.

A través de este plan, que comprende la renovación de la infraestructura y equipamiento electromecánico principal y auxiliar del complejo hidroeléctrico, la meta consiste en extender la vida útil de Salto Grande, mantener la capacidad operativa y de producción como también la eficiencia y seguridad para las próximas cuatro décadas.

Entre los trabajos previstos para la Segunda Etapa, junto a la renovación de las unidades generadoras, se destacan la modernización de sistemas hidromecánicos del vertedero y casa de máquinas; recambio de sistemas de izaje, modernización de sistemas auxiliares mecánicos y eléctricos, sistemas de control, reemplazo de transformadores principales, nuevo equipamiento de potencia en 500 kV, acondicionamiento y optimización de la infraestructura civil; mejora de la gestión ambiental y social y modernización de sistemas de gestión corporativo, de acuerdo al Programa de Modernización.

Para la modernización de las turbinas se analizaron 3 opciones, todas con la misma potencia máxima actual de 135 MW: Conservar las turbinas actuales, solo interviniendo en sus componentes internos desgastados o fatigados; Conservar el cubo del rodete y cambiar los álabes por un diseño optimizado o Adquirir e instalar turbinas idénticas a las actuales, pero nuevas.

A los efectos de estimar los costos, se trabajó en la opción que tiene la mejor relación costo/beneficio, con un incremento de energía esperado de aproximadamente del 2%, o sea unos 160 GWh anuales. Esta opción tuvo un presupuesto de US$ 960 millones de los cuales US$ 640 millones son para la modernización del equipamiento principal de generación según la Fase II. Los estudios realizados permitieron concluir que esas inversiones podrían ser compensadas con una tarifa marginal de unos US$ 3/MWh por sobre la tarifa actual durante la duración del programa.

La variación de energía anual generada en cada año prevé al inicio una “recuperación” de aproximadamente del 1% más, por la limpieza de las tomas de las unidades, que continua con un aumento paulatino al renovar los reguladores de velocidad en los primeros 5 años. Finalmente, renovando cada turbina se podría ir obteniendo un aumento del 2% de energía por cada una de las unidades hasta el año 25. No obstante, el objetivo fundamental del Proyecto es mantener la confiabilidad y disponibilidad a largo plazo, siendo los incrementos de energía sólo una consecuencia de esto último.

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