Bolivia se está quedando sin reservas de gas y, ante esta crisis potencial, Paraguay ya busca proveedores de Gas Licuado de Petróleo (GLP) en otros mercados. La estrategia energética del gobierno -que implicará altos costos de pagos- intenta, sobre todo, prevenir un posible corte de suministros por la inestabilidad del comercio con Argentina.
«Hemos tocado fondo en la producción de gas». Con esta frase, el presidente boliviano Luis Arce admitía que su país atravesaba una declinación en la producción de gas natural. Esta realidad obliga ahora a los funcionarios de Energía y al sector privado a analizar nuevas ofertas en extrazona. El Ejecutivo de Santiago Peña no pasa por alto un detalle que complica el panorama: Argentina es la principal proveedora de GLP, comercializado por YPF.
Esta realidad obliga a las principales autoridades de petróleo de la nación y a sectores privados a analizar nuevas ofertas en extrazona. Paraguay optó siempre por el producto boliviano por su mejor calidad y precio con relación a GLP. «El gas boliviano tenía una mejor mezcla 60/40 o 70/30 de mayor porcentaje de propano. De mucho mejor calidad como producto terminado», comentó Pedro Balotta, ex titular de la Cámara Paraguaya del Gas (CAPAGAS).
El gas boliviano representó hasta un 95% del mercado paraguayo. Sin embargo, desde hace un año bajó al 48% ante la falta de cumplimiento de los contratos por parte de Bolivia por el declive en las reservas. Según datos del Observatorio Nacional de Industria y Comercio, hasta el mes de agosto 2023 se importó un total de 10.378 tn.
La argentina YPF es un importante proveedor de Paraguay de forma estacional en sus tipos butano, propano y mezcla con el 52% de los importaciones nacionales.
Con todo, Argentina es conocido de priorizar su consumo interno – y de cortar toda entrega al exterior si fuera necesario – en épocas de mayor demanda como el invierno. Por ende, un proveedor extra siempre fue de garantía para no permitir el desabastecimiento del mercado nacional.
Eddie Jara, presidente de Petropar, reconoció que el consumo interno depende casi exclusivamente de Argentina, pero que la reducción el suministro de Bolivia afectaría al mercado en su conjunto. «Habría que revisar la matriz que utilizamos. Bolivia siempre fue un suministrador clave para el país», detalló el funcionario estatal al tiempo que insistió en buscar nuevas opciones para cubrir las demandas.
Si por alguna razón Argentina deja de vendernos, estaremos jodidos
Según datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), tan solo en el 2022, Yacimientos Petrolíferos Fiscales de Bolivianos (YPFB) exporto 64.507 toneladas de GLP por un valor de 43,3 millones de dólares a los mercados de Brasil, Perú y Paraguay. Actualmente esos datos quedaron atrás.
Desde el gobierno, con Cancillería a la cabeza, se evaluará abrir el mercado a oferentes internacionales. Un corte del suministro del gas repercutiría inmediatamente en un aumento de las otras fuentes de energía y se verá traducido a su vez a las tarifas eléctricas. Pero de momento las autoridades paraguayas confían en que Argentina no tendrá una crisis de suministro y podrá garantizar el flujo de gas para evitar un desbalance tras la caída boliviana.
La diferencia radica en que la provisión por parte de Bolivia es a un precio más conveniente (y fijo) para Paraguay que aquel que paga a Argentina, con costos más elevados, por eso la necesidad de encontrar nuevos suministradores. Para el país, que llegó a importar el 83% de GLP de Bolivia en 2021, la confianza en Argentina puede ser más un acto de fe que un intercambio con previsibilidad.