El interés de los capitales extranjeros por controlar áreas con reservas comprobadas de mineral de litio transita una nueva etapa de aceleración desde que Javier Milei ocupa la Presidencia. Lo dicho por el primer mandatario respecto de incentivar el desembarco de trasnacionales en los principales resortes de la economía doméstica viene traduciéndose en el arribo o, en todo caso, la ampliación de operaciones de mineras y actores industriales interesados en ese metal. En esa dirección, y sólo en lo que va del año, compañías inglesas y australianas, canadienses y francesas, e incluso indias, confirmaron planes de inversión y apuntan a asegurarse el dominio de distintos puntos del Norte argentino donde se ha constatado la presencia de litio.
En esa dirección, el movimiento más reciente corresponde a la empresa estatal india Khanij Bidesh (KABIL), que acaba de alcanzar un acuerdo de exploración con la provincia de Catamarca para explotar cinco yacimientos en el transcurso de los próximos tres años.
«El acuerdo, de aproximadamente 24 millones de dólares, es para cinco lugares distintos en los cuales se va a continuar con la exploración, que ya está muy avanzada», informó el embajador argentino en la India, Hugo Javier Gobbi.
Según se indicó de forma oficial, las prospecciones tendrán lugar en una región de 15.000 hectáreas localizadas en las inmediaciones del municipio de Fiambalá, y comenzarían en un período de «entre dos y tres años dado el avanzado estado que presenta la fase de exploración.
El arribo de los capitales indios
El acuerdo fue firmado el pasado lunes en la India entre KABIL y la compañía de Catamarca promotora de asuntos mineros, CAMYEN, en presencia de varios funcionarios locales y el gobernador provincial Raúl Jalil.
Se notificó, además, que la empresa india prevé, además, abrir una oficina en esa provincia para iniciar el proyecto, que es el primero de este tipo que firma una compañía estatal del país asiático, según un comunicado del Ministerio de Minas de la India.
A la par de esta inversión, la minera angloaustraliana Rio Tinto recibió la aprobación por parte de las autoridades de la provincia de Salta para seguir adelante con su proyecto en el Salar Rincón, adquirido por la compañía en 2022 en una suma cercana a los 825 millones de dólares.
Salar Rincón comprende una superficie de 83.000 hectáreas, a una altura de 3.760 metros sobre el nivel del mar, y es vecino a la frontera con Chile.
El permiso otorgado a partir del estudio de la Declaración de Impacto Ambiental permite a la compañía iniciar la construcción de una planta de procesamiento de carbonato de litio grado batería, con una capacidad de 3.000 toneladas por año.
El desarrollo de las instalaciones implicará desembolsos superiores a los 140 millones de dólares y contempla la habilitación de una planta piloto, una pista de aterrizaje, la elaboración de estudios para la fase operacional y una campaña de exploración para profundizar el conocimiento de las reservas de agua de la zona.
Canadienses y franceses forman parte de la avanzada
Por su parte, la canadiense Lithium South Development Corporation anunció un acuerdo con POSCO Argentina SAU, una subsidiaria de propiedad del gigante industrial surcoreano Pohang Iron and Steel Company, para operar en conjunto en el desarrollo del Proyecto Hombre Norte de Litio (Proyecto HMN Li), también en la provincia de Salta.
El proyecto en cuestión comprende un área de 3.287 hectáreas y se compone de cinco bloques donde ya se han realizado labores de cateo.
Por último, la francesa Adionics también busca sumarse al pelotón de trasnacionales distribuidas sobre las áreas con litio y anticipó que invertirá 27 millones de dólares para el desarrollo de una planta de procesamiento del mineral que atenderá las extracciones que se llevan a cabo en Jujuy y Catamarca.
Dichas instalaciones industriales funcionarán en la provincia de Salta y se estima que poseerá una capacidad de procesamiento cercana a las 20.000 toneladas anuales. Adionics mantiene lazos comerciales con la también francesa Eramet y la local Pluspetrol, controlada por la familia Rodríguez Rey.