En la provincia de Mendoza, el uso de la energía solar es creciente como una alternativa frente a la dependencia de la red eléctrica y los cortes de energía. En los últimos dos meses, se ha visto un incremento del 100% en la consulta y una amortización en la inversión que se ha acelerado.
“Los ahorros arrancan de un 40 a un 80% depende de su uso y de la inversión, y la demanda en las consultas ha aumentado un cien por ciento en el último año sobre todo en empresas industriales”,mencionó a medios el miembro del clúster de Energía Solar en Mendoza, Nicolás Giorlando.
Esta fue formada por pymes y cuenta con ocho compañías integrantes, y su objetivo es una agrupar a veintena empresas y finalizar su conformación legal como asociación civil.
Encarar acciones educativas que posibilitan a los ciudadanos trabajar en un sector que tiene cada vez más demanda, y reunir a las empresas y pymes con el propósito de crear una marca unificada para comercio, exportaciones e importaciones, son los objetivos del apoyo que ese sector.
Mendoza ha guiado la transformación energética desde el estado en los últimos años, aprovechamientos hidroeléctricos, instalación de paneles solares en edificios públicos, construcción de parques solares en el Este, e instalación de paneles para ganadería y agricultura.
“El objetivo del clúster es promover el uso de las energías renovables, reducir la huella carbono, y educar sobre los beneficios y la responsabilidad que tenemos todos como seres que contaminamos”, aseguró el empresario.
Otro beneficio, según explicó, “es el clima, el sol y el buen nivel de radiación que se aprecia en todo el oeste y norte de Argentina además de la poca nubosidad, lo que hace que la energía solar funcione muy bien en esta provincia”.
Un dato clave para quienes analizan cómo recuperar la inversión es el plazo de amortización, que cada vez es más corto y que aunque va de los cinco hasta ocho años en el presente.
Equipar una casa típica con cuatro personas con energía solar requiere, como mínimo, la instalación de tres o cuatro paneles, cuyo valor oficial oscila entre 5.000 y 7.000 dólares (paneles incluidos) dependiendo de la complejidad de la conexión. Aunque esto tiene un valor importante, no vale más que la limpieza y el mantenimiento del equipo.
Aunque las partes reconocen un cambio en la conciencia y la necesidad de adaptarse a las normas internacionales para mitigar los problemas climáticos y ambientales, la falta de financiación impide que la implementación alcance su máximo potencial.