El nivel de avance de la Jorge Cepernic es del 45%, mientras que la Néstor Kirchner va por el 20%. Entre las dos centrales, sumarán una potencia instalada de 1.310 MW. El crédito total chino es por u$s4.714 millones, con cinco años y medio de gracia a partir del inicio de la construcción, y 15 años para el pago del capital y los intereses.
«Estamos con toda la intención e interés de continuar la obra, de hecho estamos trabajando con las nuevas autoridades del ENARSA con ese fin. Desde el comienzo de la obra siempre hemos trabajado para realizar los esfuerzos y las gestiones necesarias para cumplir con nuestras obligaciones. No será diferente en esta etapa del proyecto», completaron.
Al mismo tiempo, con la parálisis en la obra pública, tampoco se giraron fondos del Tesoro que en última instancia podrían ser compensados posteriormente por China, tal como sucedió el año pasado. Con este escenario, las empresas tuvieron que suspender a la totalidad del personal, de casi 3.000 empleados que en este momento están cobrando un 80% del sueldo, pero cuyas fuentes de trabajo corren riesgo.
La parálisis también afecta a los miles de trabajos indirectos que rodean a la obra, de las localidades cercanas al aprovechamiento hidroeléctrico, que una vez en marcha, permitiría la sustitución de importación unos u$s1.400 millones al año en energías.
Complejo panorama para la obra pública y la construcción
El panorama en el sector no es el más alentador. Según cálculos de la Unión Obrera de la Construcción (UOCRA), en apenas dos meses se perdieron 50.000 puestos de trabajo directos y otros 100.000 indirectos. El gremio asegura que esto sucede como “consecuencia de la desfinanciación y consecuente paralización de las obras públicas en ejecución por parte del actual gobierno”.
En un comunicado que difundió a principios de esta semana, la UOCRA se declaró en estado de “alerta y asamblea permanente a nivel nacional” porque “la obra privada alcanzó niveles de actividad que compensen la drástica caída de la actividad y nada indica que los privados sustituyan el rol y el financiamiento estatal en materia de infraestructura”. Con estos argumentos se movilizarán este jueves a la Secretaría de Trabajo.
Para la continuidad de las obras en las represas patagónicas también es clave la firma de la Adenda XII que actualice los montos por inflación y reconozca gastos operativos extras en pandemia. Fuentes diplomáticas aseguran que tampoco hubo avances en ese aspecto. Al parecer, no hay demasiada intención oficial de reactivar las iniciativas pendientes, ni siquiera aquellas que cuentan con financiamiento del exterior.