Una recuperación vacilante de los precios del litio recuerda por qué el drástico repunte de los últimos años fue seguido por un colapso aún más impresionante: una industria en rápida expansión que está más preparada que nunca para seguir inyectando suministros.
Los precios ya dejaron de caer, pero han tenido dificultades para recuperarse significativamente, en parte porque las mineras, refinerías y fabricantes de automóviles todavía están trabajando con un montón de excedentes que obstruyen la cadena de suministro. Y si bien algunos proyectos y minas se vieron perjudicadas por la caída de los precios, varios de los mayores productores insisten en que seguirán expandiéndose en medio del superávit, lo que nubla aún más las perspectivas de una eventual recuperación de los precios.
Auge y caída del litio
El litio, un componente vital para la fabricación de las baterías recargables, se ha convertido en el centro de atención mundial como uno de los productos básicos más importantes del mundo. El auge y la caída en los últimos tres años han dejado al descubierto un mercado que alguna vez fue pequeño y de nicho, y que está evolucionando y ajustándose en tiempo real al crecimiento sin precedentes del mercado de los vehículos eléctricos en todo el mundo.
Durante gran parte del año pasado, eso ha significado conciliar una nueva oleada masiva de oferta que tomó a muchos por sorpresa, mientras aumenta la evidencia de que la demanda de vehículos eléctricos es más débil de lo esperado.
Ahora, una pregunta clave que enfrenta la industria es si está condenada a repetir el ciclo. Las caídas bruscas desde niveles máximos dificultan la planificación, tanto para las mineras como para sus clientes, pero, por otro lado, un mercado bajista prolongado ejercería presión sobre los productores más pequeños y aumentaría la concentración entre un puñado de grandes proveedores.
Si bien muchos analistas y mineras todavía esperan que los precios se recuperen sustancialmente en los próximos años a medida que la demanda se acelere, un flujo más rápido de oferta desde una base minera global más diversa podría significar que el próximo ciclo de auge y caída será más corto y menos extremo, lo que quizás apunte a un mercado en proceso de maduración.
“Cuando la cosa cambie, ¿habrá un nivel máximo irrisorio como la última vez? Espero que no”, dijo Joe Lowry, fundador de la firma asesora Global Lithium LLC. “Simplemente eso traería más basura al sistema y más volatilidad, lo que lo haría las cosas más difíciles para todos”.
Para muchos alcistas del litio, el repentino vuelco hacia un superávit global ha significado aceptar la idea de que Elon Musk puede haber tenido razón: hay una “cantidad ridícula de litio en todo el mundo, y la verdadera limitación de suministro radica en refinarlo para convertirlo en productos químicos aptos para baterías. También existe una creciente conciencia entre los productores de que las explosiones de precios elevan la probabilidad de que los fabricantes de automóviles intenten evitar por completo el litio en sus futuras baterías.
A medida que la demanda y la inversión en vehículos eléctricos se dispararon previamente esta década, la industria del litio inicialmente tuvo dificultades para mantenerse al día. Los pronósticos de una enorme escasez provocaron compras de pánico entre los fabricantes de automóviles, los que se apresuraron a firmar acuerdos de suministro e incluso compraron directamente proyectos mineros para garantizar el acceso al metal. Los precios se dispararon a niveles que alguna vez fueron impensables, lo que generó advertencias de que los costos excesivos pondrían en peligro el futuro de la industria de los vehículos eléctricos.
Pero entonces la burbuja estalló. Los altos precios provocaron una oleada de oferta, incluso de nuevos productores a pequeña escala en lugares como China y Australia, que operan a altos costos, pero pueden activarse y desactivarse rápidamente dependiendo de la fortaleza del mercado.
Los precios colapsaron, cayendo hasta un 84% desde su punto máximo, ya que las empresas que se habían abastecido frenéticamente se quedaron con una gran cantidad de inventarios, los que todavía están usando. El resultado fue que los compradores detuvieron las compras, situación que se prolongó durante gran parte del año pasado.
La industria todavía cuenta con un gran volumen de inventario —de minerales extraídos, productos químicos de litio, baterías y vehículos eléctricos—, aunque el repunte de los precios en China observado el mes pasado indica que algunos compradores están volviendo.
Las mineras de litio se han visto muy afectadas por la caída: el principal productor, Albemarle Corp., informó una pérdida en el cuarto trimestre, mientras que otras también observaron una caída drástica de sus ganancias.
Pero para algunos de los actores clave, la lección más importante del reciente auge y caída es que la industria necesita un suministro de litio más estable para garantizar un mercado saludable.
¿Repunta el mercado del litio?
SQM, la segunda minera de litio más grande, sigue adelante con las expansiones planificadas y está operando a plena capacidad. De hecho, el ministro de Hacienda de Chile dijo recientemente que el país tiene el objetivo de duplicar la producción, argumentando que el riesgo de una nueva escasez y aumentos de precios es más peligroso para la industria que un exceso de oferta prolongado.
Las buenas perspectivas de la demanda a largo plazo del litio y su importancia estratégica para los fabricantes de automóviles y los Gobiernos también podrían apuntalar la financiación continua de nuevos proyectos, incluso en un entorno de precios bajos.
Y aunque la preocupación sobre el atractivo de los vehículos eléctricos recientemente ha aumentado en algunos mercados occidentales, los fabricantes chinos de automóviles y baterías siguen adelante con enormes expansiones. En ese contexto, Zijin Mining Group Co. dijo el mes pasado que planea adquisiciones de “minas ultragrandes o empresas mineras con influencia global” para impulsar el negocio del litio y otros metales.
Para los fabricantes de automóviles y baterías, los últimos tres años han brindado una lección sobre la eficiencia con la que la industria minera es capaz de generar nuevos suministros cuando es necesario, reduciendo el imperativo de compras de pánico y acuerdos apresurados en tiempos de escasez.
Los bajos precios actuales han provocado el cierre de algunas minas, pero existe un nuevo reconocimiento en toda la industria de que la oferta podría regresar al mercado casi tan rápido como se retira.
“Sigue siendo un mercado en el que la oferta superará el crecimiento de la demanda”, dijo la analista de Morgan Stanley Amy Gower. “Estamos empezando a ver una reacción de la oferta, pero necesitamos permanecer en esta zona de tensión por un poco más de tiempo”.