Controversia entre termoeléctricas y renovables amenaza con dejar en offside a la energía solar en el Perú

El mercado eléctrico funciona así: todas las empresas alimentan un solo circuito con sus propias fuentes de energía (solar, hidroeléctrica, bagazo, etc). Cuando una de las empresas no puede cumplir su cuota, las otras deben suplirla para que el país no quede desabatecido. El problema se da cuando, después del gas, ya solo queda quemar directamente petróleo, la fuente más cara de todas. Créditos: REUTERS/Lisi Niesner/File Photo

Desencuentros en el mercado eléctrico peruano. El ingreso de mayores fuentes de energías renovables no convencionales (RER), particularmente solares, acarrearía un sobrecosto de US$5.393 millones sobre las tarifas eléctricas que pagarán los usuarios durante el periodo 2024-2023, de acuerdo a un reciente estudio de Gerens Consultoría.

El estudio “Análisis y evaluación de los impactos económicos y regulatorios del proyecto de ley de promoción de la generación renovable”, que llega a colación del dictamen en mayoría de los proyectos de ley 2139/2021-CR, 3662/2022-CR, 4565/2022-PE y 4748/2022-CR, asegura que existen “costos sombra” de transmisión asociados a la penetración de las fuentes RER en un 30% de la matriz energética peruana al 2030, cuyo costo ascendería de US$1.026 millones.

El dictamen antes mencionado es una reforma de la Ley N° 28832, denominada “Ley para asegurar el Desarrollo Eficiente de la Generación Eléctrica”. El pliego, pensado para promover el ingreso de más RER al Perú, ha sido impulsado desde el Ejecutivo y trabado en múltiples ocasiones en la Comisión de Energía del Congreso, e incluso inhibido de su debate en la de Economía. Hoy está a punto de ser debatido en el Pleno.

¿Qué sucede? El mercado de la electricidad en Perú está dividido en tres líneas de negocio: generación (termoeléctricas, hidroeléctricas, eólicas, solares), transmisión (como las torres de alta tensión), y distribución (Luz del Sur, Pluz Energía, etc). Cada uno tiene sus propios costos asociados que contribuyen al precio de la tarifa que pagan los peruanos.

Para Gerens, la irrupción de las RER en el mercado de distribución, bajo las condiciones del dictamen, supondría mayores congestiones, vertimientos, almacenamiento en baterías y sobrecostos en las redes.

A estos US$1.026 millones adicionales tendrían que sumarse los US$4.367 millones que antes detectó otra consultora, Videnza, respecto al costo de sustituir el 40% de la generación de gas natural (termoeléctrica) por fuentes RER al 2030.

“Estos costos sombra reflejan las ineficiencias y los gastos adicionales asociados con la integración de RER en un sistema eléctrico que no está adaptado para manejar la intermitencia y otras características propias de las energías renovables”, señala el estudio.

Vale precisar que el estudio presentado por Gerens fue preparado para la Sociedad Peruana de Hidrocarburos (SPH), organización que agrupa entre sus miembros a Pluspetrol, la principal empresa productora de gas natural en el Perú. Pluspetrol mantiene licitaciones de compra de gas natural a precio regulado con termoeléctricas.

Usinas rojiblancas. Termochilca, planta termoeléctrica al sur de Lima. Produce electricidad con el gas natural de Camisea, que llega desde el Cusco.Usinas rojiblancas. Termochilca, planta termoeléctrica al sur de Lima. Produce electricidad con el gas natural de Camisea, que llega desde el Cusco.

¿Quién se beneficia con una competencia desigual?

Desde la Asociación Peruana de Energías Renovables (SPR) son disidentes. En diálogo con Infobae, la organización dijo que el Perú es un país con recursos renovables de los mejores del mundo, pero necesita adecuar su regulación para tomar lo mejor de ellos. Es el caso de Moquegua, con un enorme potencial para instalar plantas solares.

“Es energía barata y limpia, y es importante que las RER entren al sistema para diversificarlo y descentralizarlo”, señaló.

Para abordar esta situación, debemos entender que las empresas de generación le “venden” la electricidad a las de distribución mediante “licitaciones” que exigen, bajo la ley peruana, que dispongan de energía potencia. Pero las solares no pueden ofrecer una potencia firme de noche porque, justamente, funcionan con el sol.

Esto hace que el mercado peruano sea una plaza poco atractiva, para beneficio de otro tipo de inversiones en generación, como las termoeléctricas, que usan gas y petróleo, o las hidroeléctricas, que producen electricidad con la fuerza de los ríos. La ley impulsada por el exviceministro Jaime Luyo buscaba corregir esta competencia desigual.

Pero Gerens asegura que esta posibilidad de vender solo energía resuelve el problema para las empresas que desarrollan proyectos solares, porque podrán colocar contratos, pero deja a cargo de las distribuidoras la compra de potencia, ya que deben ocuparse de su suministro en horas punta (hay horas del día donde el país consume más electricidad).

“Las horas punta están ahora en la mañana, pues son móviles. ¿Por qué la ley debe ajustarse a algo que es variable? ¿El sistema no debería ser flexible para ajustarse a la realidad? Potencia y energia juntos es un concepto viejo que no se ajusta a las nuevas tecnologías que funcionan de manera diferente”, replica la SPR.

Camisea provee casi la totalidad del gas natural que usa el país. El aporte del gas natural a la generación eléctrica del país (una bolsa donde aportan todos, eólicas, hidroeléctricas, etc) ha ido creciendo a medida que el cambio climático afecta al mercado. Pero el gas tampoco es eterno. Créditos: DIFUSIÓN

Seguir generando con gas natural

Además, la SPR advierte que la termogeneración con gas natural en el Perú depende casi exclusivamente del Lote 88 de Camisea, operada por Pluspetrol, pero solo le quedan unos 14 años de vida.

En el año 2023, la generación a gas natural superó de nuevo el umbral del 50% de participación debido a la ocurrencia de El Niño. Los costos marginales se dispararon a casi 200 MWh.

“¿Qué va a pasar cuando el gas se acabe, lo vamos a importar? ¿Seremos importadores de gas, como en Europa? ¿Eso es lo que le conviene al país?”, sostiene la organización.

De igual forma, la SPR señala que no se trata unicamente de “impedir la competencia y mantener un mercado capturado” por los actuales generadores, pues “la libre competencia es el corazón del libre mercado”.

En esta línea, descarta que la termogeneración, que también puede operar con petróleo (diésel), pueda perjudicarse a partir del ingreso de más RER, como sugiere Gerens. Incluso, se habla de afectaciones sobre el Nodo Energético del Sur.

“Se trata de licitaciones, así que todos competirán. Ganarán los precios mas competitivos, de eso se trata”,subraya.

Tanto Osinergmin como el COES han manifestado que se necesita mas energía eficiente (generar con la fuente más barata), por lo que estiman que se quemará más diésel en el futuro si se acaba el gas y no entran más renovables hasta entonces. El diésel es la forma de termogeneración más cara del mercado.

La energía solar tiene sus propios costos asociados, como la necesidad de contratar baterías para almacenar la electricidad. La nueva ley busca equilibrar el mercado, y alcanza también en su extensión a las eólicas. Son las dos grandes RER del mercado, porque de por sí una hidroeléctrica también es renovable, pero no es no convencional. Créditos: DIFUSIÓN
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