La industria minera en América Latina juega un papel fundamental en la economía regional debido a su riqueza en recursos metálicos y no metálicos, lo que la posiciona como un actor clave en el mercado global de minerales.
A medida que la demanda global sigue en aumento, la industria minera de América Latina se enfrenta a nuevos desafíos y exigencias que se requieren a nivel mundial como enfocarse en la eficiencia de los costos y la sostenibilidad, impulsando así, la necesidad de modernizar/transformar sus operaciones. Es en este contexto que no hay que olvidar el rol de la cadena de suministro ya que es clave para poder materializar los objetivos de las compañías transformándose en cadenas más robustas y resilientes que deben ser capaces de adaptarse a los cambios, optimizando sus procesos logísticos a lo largo de toda la cadena con el objetivo de contar con información confiable y en tiempo real que permita tomar decisiones a nivel estratégico, operativo y táctico.
En la actualidad, aún existen empresas mineras que manejan sus procesos como la planificación, el almacenamiento y el transporte de los productos de forma manual, a través de correos electrónicos o con el uso de softwares In-house o legados, lo que no les permite tener control de los procesos en tiempo real, es decir, no pueden saber lo que está pasando en todo momento, como por ejemplo, conocer los niveles de stock a lo largo de la cadena, además de no contar con toda la información disponible en un solo repositorio lo que va en contra de uno de los objetivos principales de este tipo de industria: la trazabilidad del producto a lo largo de toda la cadena de suministro, desde su origen en la mina o planta hasta la llegada al cliente final.
Es debido a lo anterior que la digitalización de los procesos es clave en el éxito de la modernización y crecimiento de estas compañías, ya que les permitirá contar con procesos definidos y digitalizados utilizando softwares como Advanced Planning and Scheduling (APS), Warehouse Management Systems (WMS) y Transport Management Systems (TMS) que sean escalables y permitan acompañar a las organizaciones en su crecimiento entregándoles la visibilidad en tiempo real y la trazabilidad que tanto se requiere.
Avanzar en este camino supone muchos desafíos debido a la gran cantidad de proyectos ocurriendo en simultáneo, lo que requiere de esfuerzos mayores por parte de todos los involucrados para garantizar el éxito sin dejar de lado el objetivo principal de la industria que es producir, por lo que es un cambio que debe ser impulsado desde los líderes que deben ser capaces de transmitir que estos cambios y mejoras serán en virtud de potenciar el trabajo de todos los colaboradores que forman parte de estos procesos. Por lo mismo, es clave involucrar a los empleados en este camino para que así adopten este cambio como propio.
Una vez que se decide realizar un proyecto de este tipo, se debe aprovechar la instancia para realizar un levantamiento de los procesos actuales, visualizar cuanta manualidad existe e identificar puntos de dolor, como, por ejemplo, procesos que toman mucho tiempo de ejecución o que requieren una gran cantidad de personal para realizar controles manuales para evitar errores. Con lo anterior, se podrán identificar varias oportunidades de mejora que permitirán optimizar los procesos. Una vez que se tenga claro el alcance y cómo se quiere operar, recomendamos redactar los procesos de forma clara y realizar un proceso de licitación de un software/solución que sea capaz de satisfacer estos requerimientos.
Cuando llega el momento de la implementación del nuevo sistema elegido, recomendamos contar con un equipo de proyecto que maneje los procesos actuales y conozca lo que se quiere lograr con la implementación del software; debe ser un equipo tanto funcional como técnico que tiene que contar con alta disponibilidad de tiempo para dedicar al proyecto.
Al implementar este tipo de proyectos no hay que olvidar incluir la gestión del cambio como un factor clave para el éxito ya que permite, posteriormente, implementar estrategias para gestionar la resistencia al cambio y facilitar la transición hacia el nuevo sistema.
Una vez que ya se acerca el momento de salir en productivo, se debe contar con un plan de capacitaciones dedicadas por área, función y cargo, que debe ser ejecutado involucrando a todos los futuros usuarios del sistema para que se familiaricen con la nueva forma de operar. Además, cuando corresponda salir en productivo, los usuarios finales deben estar acompañados en todo instante por el equipo implementador del proyecto para poder solucionar cualquier problema que pueda ocurrir y poder sacar adelante la operación sin mermar la producción.
Si bien toda digitalización de procesos representa un gran desafío, este desafío es aún mayor en una industria como la minera por la cantidad de cambios ocurriendo en simultáneo, además de ser una industria que se caracteriza por tener un alto apego a los procesos tradicionales y a sus métodos de trabajo ya establecidos lo que conlleva una gran resistencia al cambio. Sin embargo, si el cambio viene impulsado desde los líderes, estará alineado con los objetivos estratégicos de crecimiento y ellos son capaces de transmitir a sus equipos este desafío como una oportunidad de facilitar la forma de ejecutar la operación y transitar hacia procesos más digitales y eficientes. Así, la implementación será un éxito.