El gran reto al que se enfrenta la industria es cómo descarbonizarse sin morir en el intento. Es decir, cómo puedo reducir las emisiones en mi proceso productivo sin que afecte demasiado en la rentabilidad de las plantas.
Y no es fácil. Así lo dejaron claro los ponentes de la mesa dedicada a la descarbonización en el I Foro Industrial que ha organizado El Periódico de la Energía.
Lo primero de todo es que «la descarbonización es inflacionaria», afirmó Raúl Rodríguez, de Tresca Ingeniería, es decir, que no es barata y eso debería saberlo todo el mundo. «Esto hace que se pierda competitividad, por eso son necesarios marcos estables temporales de precio y de capacidad de generar negocio».
«Nadie se va a descarbonizar si el coste no es competitivo. Nosotros no hemos cerrado ni un solo contrato en el que nuestro coste no sea más barato que utilizar el gas o el fuel», ha señalado Joaquín Coronado, presidente de Bulild to Zero, una compañía que ayuda a la industria a electrificar sus procesos productivos basados en calor.
Más allá de la descarbonización
La electrificación será la madre del cordero en la descarbonización gracias a su eficiencia, pero eso no significa que existan otras nuevas tecnologías con las que se puede llevar a cabo la descarbonización.
En Moeve, la antigua Cepsa, apuestan por ayudar a descarbonizar a sus clientes a través de las denominadas moléculas verdes «los biocombustibles y el hidrógeno», pero solicitan que haya unas reglas claras para que los consumidores sepan a que atenerse en su proceso de descarbonización.
«Saber cuáles son los requisitos obligatorios que tú tienes que cumplir y las potenciales penalidades a las que tienes que hacer frente en el caso de no hacerlo», afirmó Nuria Bargueño, H2 Strategy and Market Analysis Director en Moeve.
Por su parte, Carlos Tarrio, director de Combustibles Verdes y Desalinización de Ingenostrum, señaló que «desarrollamos proyectos de hidrógeno y de amoníaco, y sí que pensamos que van a tener un rol importante en el panorama energético actual, digamos, a medio plazo».
Coronado tiene claro que su negocio es la electrificación, pero que como empresario también trabaja en otros negocios donde apuestan por otras tecnologías. «Hay que apostar por la neutralidad tecnológica», remató.