Investigadores chinos aseguran haber encontrado el mayor yacimiento de oro del mundo en la provincia de Hunan, al sureste del país. El equipo ha empleado técnicas avanzadas, como el modelado en 3D, para encontrar un enorme depósito de oro que puede tener más de 1.000 toneladas (valoradas en 83.000 millones de dólares). La profundidad y la escala del yacimiento afianzan a China como el dominador mundial del mercado del oro. Además de su valor económico, este mineral es fundamental para la fabricación de tecnologías que serán clave en el futuro.
La Oficina Geológica de la provincia de Hunan ha anunciado la detección de 40 vetas de oro a una profundidad de 2 kilómetros en el condado de Pingjiang, al noreste de Hunan. Los científicos estiman que estos depósitos contienen 300 toneladas métricas del preciado metal, pero el uso de modelos informáticos 3D indican que puede haber más oro hasta una profundidad de 3 km.
Las muestras obtenidas, explican los investigadores en los medios oficialistas chinos, sugieren que cada tonelada métrica de mineral podría contener hasta 138 gramos de oro, un nivel de calidad extraordinario. Sin embargo, las muestras tomadas en los alrededores del yacimiento apuntan a que la presencia de oro podría ir mucho más allá de las predicciones iniciales.
«Muchos testigos de roca perforados mostraban oro visible», afirma el prospector de la oficina Chen Rulin. El investigador asegura que en de los 55 sondeos perforados en regiones por encima de los 1.500 metros, 48 han revelado la presencia de oro, alcanzando una tasa de descubrimiento del 87,3%.
Un descubrimiento clave para el futuro
Antes de este hallazgo, China ya dominaba el mercado mundial del oro con unas reservas superiores a las 2.000 toneladas. Su industria minera aporta alrededor del 10% de la producción de oro mundial y el nuevo yacimiento aumentará esas cifras significativamente.
Pero además de ayudar a la economía china, el descubrimiento de las minas de Pingjiang también tendrá un rol clave en el futuro de su tecnología. El 80% de la producción de oro se destina a la fabricación de aparatos electrónicos. El oro es un conductor muy eficiente de la electricidad y además es resistente a la corrosión y al desgaste, lo que lo hace un elemento ideal para la fabricación de componentes de alta precisión como las placas de circuitos de ordenadores y teléfonos móviles o algunos equipos médicos.
Esa durabilidad del oro y sus propiedades reflectoras lo hacen crucial para la exploración espacial. Este metal se usa en naves espaciales y satélites, incluso como revestimiento para el control de la temperatura y el blindaje contra la radiación.
También se usa para producir componentes seguros y de alto rendimiento para tecnologías que serán clave en el futuro, como la inteligencia artificial, la robótica y los sistemas de energías renovables, como los paneles solares de alta eficiencia. Además, un mayor acceso al oro podría acelerar el desarrollo de tecnologías como la computación cuántica, donde su alta conductividad es muy valiosa.