Las empresas industriales quieren recibir en conjunto unos 55.000 dólares por hora para disminuir su producción y ceder energía al resto del sistema. Se lo pagarían los usuarios. El Gobierno rechazó esa posibilidad.
La alternativa se abrió con el «Plan de Contingencia» para el verano oficializado por la resolución 294/2024 de la Secretaría de Energía, que agrupa una serie de medidas para evitar cortes de luz programados en los meses más calurosos del año, especialmente entre febrero y marzo de 2025, por falta de capacidad de generación o importaciones.
Según lo establecido, los grandes usuarios pueden enviar ofertas para bajar su consumo de energía eléctrica durante las horas pico a cambio de un pago máximo de 350 dólares por megavatio-hora (MWh), algo que ayudará a aliviar las redes y hacer que la generación de energía alcance para todos.
Los números surgen de las propuestas voluntarias de reducción de demanda eléctrica que enviaron Aluar, Acindar, Siderca (Techint) y Juan Minetti (Holcim) a la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa), a las que accedió Clarín.
Como al menos hasta el 15 de diciembre no se prevén olas de calor ni picos altos de consumo eléctrico, el Gobierno -que administra Cammesa- decidió no aceptar las ofertas de estas empresas, que se pueden volver a presentar semanalmente con sus planes.
Para la semana en curso las firmas líderes del acero, el aluminio y el cemento -todas industrias golpeadas por la crisis, con caídas de ventas que llegan al 40% interanual- buscaron entre 301 dólares por megavatio-hora (MWh) en el caso de Aluar y US$ 350 -el resto, que buscó el precio máximo posible-.
En total, las 6 plantas de estas 4 empresas ofrecieron dejar de consumir unos 168 megavatios, equivalente a menos del 0,1% del consumo eléctrico en horas pico, que por estos días ronda los 22.000 MW.
El pago total hubiera ascendido a 55.000 dólares por hora, algo que cuando sea aceptado encarecerá los costos del sistema eléctrico y deberá ser trasladado a los usuarios mediante tarifas o que deberá ser absorbido por el Estado nacional mediante subsidios.
Esta es la alternativa que encontró el Gobierno para eludir una crisis mayor, ante la demora en licitar la construcción de centrales termoeléctricas que hubieran atenuado este problema.
Se espera que a medida que vayan trepando las temperaturas, más industrias puedan parar su producción y conseguir un plus para sus ingresos.
Como referencia, el costo promedio para la operación del sistema eléctrico en Argentina (compra de combustibles y remuneración a las generadoras) ronda los 8.000 a 10.000 millones de dólares por año, que equivale a unos 70 o 75 dólares por megavatio-hora (MWh).
En el medio de estos sobrecostos, la vicepresidenta de Excelerate Energy -empresa que opera los barcos de regasificación de gas licuado (GNL)- para Argentina y Brasil, Gabriela Aguilar, recordó que en invierno las importaciones de gasoil y fuel oil para el consumo de centrales termoeléctricas fue más caro en 325 millones de dólares respecto al GNL, y que el país podría comprar gas licuado en verano para bajar sus costos.