El segmento eléctrico argentino se prepara para un 2025 con muchos cambios, donde aparecen una serie de oportunidades de crecimiento para un sector que está al límite del normal funcionamiento tras muchos años de desinversión pública.
Ya con un verano donde no hay mucho margen de acción, las empresas se preparan para la temporada estival del 2026, en la que se proyecta un crecimiento de la demanda en torno al 8% debido al rebote económico que se espera. “Este verano el clima está ayudando, el problema grande lo vamos a tener el próximo”, aseguran desde una generadora líder.
Como ninguna de las obras en transporte ni eventuales nuevas centrales térmicas podrían estar listas en menos de 12 meses, se está pensando en una solución novedosa basada en la instalación de baterías de almacenamiento.
Ahora, el Gobierno descarta que los cortes de energía afecten a los usuarios residenciales.
Las mismas se cargarían en un lapso de cuatro horas en el periodo valle en el que hay muy poco consumo para volcar energía al sistema en el clásico pico de la tarde de los veranos. “Van a funcionar como las hidroeléctricas de bombeo que toman agua cuando el precio es bajo y la turbinan en el pico”, grafican desde otra compañía que asegura que están entusiasmados con el tema y que realizarán acuerdos entre privados con distribuidoras para instalar estas baterías en varias subestaciones eléctricas.
La diferencia de precios de la energía
De todos modos, la idea es empezar a construir una serie de nuevas centrales térmicas como las que se pensaban en la Terconf, pero sin tener a Cammesa como intermediario, que reemplacen alrededor del 10% del parque más antiguo que ya no es confiable y es poco eficiente.
“Hay cambios regulatorios que pueden generar modificaciones muy importantes en el negocio y promover un crecimiento muy importante. Hoy tenemos una mezcla de precios entre ridículamente bajos en la generación vieja y extremadamente altos cuando tenemos que cubrir un pico de demanda. Eso se debería ir normalizando”, subrayan en el sector.
La privatización de centrales térmicas
Otro de los puntos que esperan con ansias entre las generadoras es la apertura del proceso licitatorio para la privatización de las termoeléctricas San Martín (865 MW) y Belgrano (823 MW) que, entre ambas, generan casi el 10% de la demanda eléctrica promedio y casi un 6% de los picos de verano.
“Hay un reclamo administrativo que se va a sacar al momento de la licitación porque se cree que la participación del Estado del 60% está mal calculada”, dicen en la industria y marcan que otras dos centrales que también habría que privatizar son las de Vuelta de Obligado (840 MW) y Guillermo Brown (576 MW).
La demanda minera
Finalmente, la última ventana de crecimiento que señalan con mucho optimismo es la del mercado minero, donde se espera que la construcción de una línea de alta tensión en el NOA permita la instalación de entre 450 MW y 1200 MW de parques solares.
“La demanda de proyectos de litio de esa zona estaría entre 150 MW y 400 MW dependiendo de los proyectos que se realicen, pero como los factores de carga rondan el 30% al 33%, tendríamos que instalar el triple de potencia. Va a demandar una inversión de entre 350 a 400 millones de dólares solo la línea y esperamos que pueda estar lista para el 2028 o el 2029”, sostienen.
Acá hay tres proyectos en danza: el de YPF Luz, el de Genneia y el de Central Puerto, aunque no se descarta que lo terminen ejecutando en conjunto. “Ya el cobre es otra cosa. Son números mucho más grandes. Por ejemplo, solamente Taca-Taca tendría una demanda de 400 MW. Eso requeriría otra línea adicional, pero por ahora estamos concentrados en el litio y queremos que en 2025 empiece la permisología que demora alrededor de un año para iniciar la construcción en 2026”, agregan.