El sector energético global entra en fase de cautela ante la incertidumbre política y económica

La industria energética global enfrenta una tormenta de incertidumbre política, riesgos económicos y tensiones geopolíticas que han enfriado el apetito por invertir en energías limpias. Sin embargo, una mayoría de líderes del sector se mantiene optimista respecto al futuro de sus organizaciones y al rumbo de la transición energética.

El informe anual Energy Industry Insights 2025 de DNV, elaborado en colaboración con FT Longitude, encuestó a 1.160 profesionales del sector y reveló una caída en las expectativas de crecimiento a corto plazo, especialmente en el sector de energías renovables. Aun así, persisten las señales de transformación estructural, impulsadas por tendencias como la electrificación de sectores clave y el avance tecnológico.

Megatendencias

En el primer trimestre de 2025, el Índice Global de Incertidumbre Económica superó su pico anterior de abril de 2020, en plena pandemia de COVID-19. Las tensiones comerciales, el auge del proteccionismo, y la inseguridad energética han generado un entorno impredecible que pone en jaque las decisiones de inversión.

“Estamos en un periodo donde la política energética está cada vez más influenciada por intereses nacionales, electorales y de seguridad”, afirma el informe. Esta incertidumbre ha paralizado proyectos, desviado fondos y modificado estrategias corporativas.

Aunque el entusiasmo por el crecimiento del sector ha bajado respecto a años anteriores, el 69% de los encuestados se declara optimista sobre las perspectivas de su organización. ¿La razón? El respaldo de megatendencias: la electrificación, el aumento de la demanda energética y la presión por la descarbonización.

En sectores como el petróleo y gas, el optimismo se ha mantenido estable (66% en 2025), mientras que en renovables y electricidad ha caído desde los picos del 87% en 2022 a niveles actuales de 67% y 66%, respectivamente.

Oriente Medio y África

La región de Oriente Medio y África es hoy la más optimista del planeta: el 84% cree que su industria crecerá este año. Allí, la estrategia es dual: impulsar las energías renovables, especialmente la solar, sin abandonar el desarrollo de gas natural.

Arabia Saudita, por ejemplo, planea generar el 50% de su electricidad con renovables para 2030, y la empresa Masdar en Emiratos Árabes Unidos anunció el mayor proyecto solar con almacenamiento del mundo: 5 GW de capacidad solar con 19 GWh de baterías.

Masdar elige proveedores y contratistas para su gigaproyecto de energía solar las 24 horas del día en Abu Dhabi
JA Solar y Jinko Solar suministrarán los paneles, CATL las baterías, y Larsen & Toubro y PowerChina serán los epecistas .

Simultáneamente, países como Omán, Israel y EAU están aumentando su producción de gas, muchos de ellos con proyectos que incorporan energías limpias en sus operaciones, como el complejo Ruwais LNG.

Proyectos renovables

Uno de los datos más preocupantes del informe es la caída de confianza en la rentabilidad de proyectos renovables. Solo 43% de los encuestados del sector renovable creen que alcanzarán sus metas de rentabilidad este año (frente al 67% de hace tres años).

Entre los factores clave están la alta tasa de interés, el aumento de costos de componentes, los retrasos en permisos y la competencia de los combustibles fósiles, especialmente en regiones con subsidios. “Las renovables son intensivas en capital. Con tasas altas, los proyectos se vuelven mucho menos atractivos” resume Eric Francia, CEO de ACEN (Filipinas).

El rol de China es crucial: en 2024 invirtió 940.000 millones de dólares en energía limpia, lo que la posiciona como líder en producción de paneles solares, turbinas eólicas, vehículos eléctricos y baterías de litio.

Más del 60% de toda la capacidad renovable instalada en los próximos cinco años provendrá de China. No obstante, su dominio genera inquietudes: conflictos comerciales con EEUU y temores por la dependencia de sus cadenas de suministro podrían frenar esta expansión.

Los sectores de renovables y petróleo y gas han reducido sus expectativas de inversión: solo el 39% de las empresas renovables y el 33% de las de hidrocarburos planean aumentarlas en 2025.

Digitalización

Sin embargo, hay un área donde la inversión no se frena: la digitalización. El 59% de los encuestados aumentará su gasto en infraestructura digital, y el 78% busca mejorar la calidad de sus datos.

La digitalización es vista como el cimiento del futuro energético: permite integración de sistemas, análisis predictivos y eficiencia operativa. Más del 60% cree que un enfoque sistémico integral es imposible sin una infraestructura digital avanzada.

El modelo tradicional de sistemas energéticos en silos está siendo reemplazado por una visión interconectada, descentralizada e inteligente. Países como Reino Unido ya han creado instituciones como el National Energy System Operator para coordinar todos los elementos del sistema.

También se destacan las conexiones transfronterizas como las de Europa o la propuesta de una red eléctrica integrada en el sudeste asiático, que, según DNV, podría reducir en 800.000 millones de dólares el costo total de descarbonización en esa región.

Transición global

La mitad de los líderes energéticos encuestados cree que la transición global será injusta para muchos países, trabajadores y comunidades. Aunque el 67% afirma que la acción climática no debe sacrificar la equidad, los hechos no siempre coinciden con los deseos.

Los desafíos son múltiples: desempleo en regiones carboníferas, proyectos renovables que desplazan comunidades vulnerables, y costos financieros desproporcionados para países pobres. Casos como el retiro de EEUU del Just Energy Transition Partnership o el abandono de bancos de la Net-Zero Banking Alliance evidencian retrocesos en la financiación internacional de la transición.

El informe concluye que, aunque las perspectivas de corto plazo están marcadas por la volatilidad, los fundamentos estructurales del cambio —electrificación, eficiencia, digitalización y descarbonización— mantienen viva la esperanza de una transición energética global.

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