Los números sobre Vaca Muerta que encienden las alertas
La encuesta detalla que una gran parte del sector industrial tiene una capacidad ociosa notable. El 8% de las empresas se encuentra con una capacidad ociosa muy alta (más del 60%), un 16% reporta niveles altos (entre 50% y 60%) y la mayoría, un 53%, se sitúa en niveles medios (entre 25% y 50%). Solo un 2% de los encuestados está operando a plena capacidad.
A pesar de los desafíos, el sector de PyMEs Industriales se muestra como un actor estratégico y virtuoso. Con cerca de 7.000 empresas y más de 200.000 empleos, las PyMEs representan el 75% del empleo en la cadena de valor de Oil & Gas. Se presentan como aliados clave de las grandes operadoras, con una enorme capacidad de inversión, adaptación y un alto grado de conocimiento técnico.
Respecto al futuro, las expectativas son cautelosas. Ningún empresario se mostró «altamente optimista». Si bien un 31% se manifestó optimista o expectante, un 49% adoptó una postura moderada o cautelosa, y el 20% restante se declaró «directamente preocupado».
Leonardo Brkusic: «Hay despidos en Vaca Muerta y el 2025 está perdido para los proveedores’”
Periodista: ¿Cómo está el sector de los hidrocarburos hoy y qué impacto tiene en los socios del GAPP?
Leonardo Brkusic: Hoy estamos en un momento que llamamos “valle de actividad”. Venimos de un año difícil y todavía estamos esperando que despeguen los proyectos que puedan reconfigurar el sector convencional. Hay mucha capacidad ociosa en las empresas proveedoras, en algunos casos más del 50%, y eso genera tensiones importantes. Las expectativas están puestas en que, a medida que los proyectos de midstream avancen y se destraben, la actividad empiece a recomponerse. Pero por ahora la sensación es que todavía falta esperar un poco más.
Periodista: Si comparamos 2023, 2024 y este 2025, ¿cómo es el balance?
L.B.: Estamos claramente abajo. Este es un año difícil para los proveedores. Hoy el 30% de nuestras empresas tiene más de la mitad de su capacidad productiva parada.
Periodista: ¿Cuáles son los factores que explican esta situación?
L.B.: Es un mix. Por un lado, la reconfiguración del mercado convencional. Ahí desapareció cerca del 50% del mercado y llevará tiempo que se reorganice. El traspaso de áreas implica nuevos actores y petroleras que tienen que desarrollar su ecosistema de proveedores, entender en qué negocio están y volver a relacionarse con prestadores de servicios y materiales. Por otro lado, la velocidad de desarrollo de Vaca Muerta no es la que esperábamos. Si bien hay proyectos en marcha, como Vaca Muerta Oleoducto Sur o el Gasoducto Néstor Kirchner y las plantas de GNL, todo avanza más despacio de lo previsto. Eso genera incertidumbre y presión sobre los proveedores.
Periodista: Además mencionaste la competencia de productos importados. ¿Cómo los afecta?
L.B.: Sí, es otro factor. Hay una política de apertura que está permitiendo el ingreso de productos chinos. Algunos tienen precios muy seductores -se habla de hasta 70% de diferencia-, pero también es cierto que la calidad no siempre es la misma. Competimos con servicio local, con entregas rápidas, con customización de productos y con presencia en yacimientos. Eso es algo que no se puede importar. Pero es un desafío grande porque las empresas, en esta situación, miran el costo antes que cualquier otra cosa.
Periodista: ¿Qué tan serio es el problema de los despidos?
L.B.: Primero fueron suspensiones, adelantamiento de vacaciones y baja de turnos, pero ahora ya estamos viendo algunos despidos en segmentos específicos, sobre todo los vinculados a servicios de perforación. Si mirás la cantidad de equipos activos, bajó un 20% o 25% en un año. Todo lo que está atado a esa actividad se ve afectado. Hoy menos del 15% de las empresas tiene buen nivel de actividad. El resto está operando muy por debajo de su capacidad.
Periodista: ¿Qué horizonte ven para los próximos meses?
L.B.: Esperábamos un mejor 2025. Algunos colegas ya dicen que están mirando hacia marzo de 2026 para ver una reactivación real. Hay mucha inversión lanzada y proyectos en construcción que seguirán avanzando; el corto plazo es complejo pero con mucha expectativa. La industria está solida y lanzada como para que los proyectos que vienen en cierne suceda.
Periodista: ¿Qué condiciones debería tener el desarrollo de Vaca Muerta para que el sector proveedor pueda despegar?
L.B.: Nosotros creemos que el desarrollo energético tiene que ser con industria nacional, con tecnología y valor agregado argentino. Tenemos capacidad, tenemos conocimiento, pero necesitamos financiamiento, reglas de juego claras y un mercado que priorice a la cadena de proveedores local. Si eso no pasa, corremos el riesgo de que la recuperación llegue con menos empresas en pie.