Una «segunda etapa» del plan Javier Milei
En su alocución del jueves pasado en ela UIA, el Ministro de Economía prácticamente no se refirió a la situación del sector. Un empresario presente en el auditorio dijo que ni mencionó la palabra industria. Caputo desplegó su presentación de powerpoint y habló de un “boom de crecimiento” que produjo un silencio pronunciado entre los fabricantes presentes. Repasó los hitos de la gestión y dijo que ahora cuentan con mayor gobernabilidad para llevar adelante las reformas.
Rocca destacó el proceso de estabilización de la macro pero sostuvo que ahora debe empezar una “segunda etapa de diálogo con el Gobierno”, donde se debe tener en cuenta la inserción internacional inteligente, la defensa de las cadenas de valor esenciales y el apoyo a los sectores con mucho potencial de crecimiento. El CEO de Techint tiene la tesis de que por magnitud y características, Argentina no se puede dar el lujo de no tener industria.
También se refirió a la apertura comercial, a la necesidad de establecer una “transición”, y puso el ejemplo de las heladeras: en 2024 se importaron 5.000 y en los primeros nueve meses de este año ese número asciende a 87.000. “Apertura racional”, fue uno de los pedidos más frecuentes entre los industriales presentes en los pasillos de la Conferencia de la UIA.
Otros puntos mencionados con frecuencia fueron la reforma laboral, la simplificación tributaria y la defensa del comercio contra la competencia desleal. Rocca sorprendió y pidió también una reforma educativa que apunte a otorgar un rol más relevante en esa materia a la administración nacional.
Los dólares de Scott Bessent y un insólito destino
La cuestión cambiaria casi ni apareció en agenda. A pesar de que los empresarios creen que el tipo de cambio no refleja un equilibrio real de la economía argentina, pareciera que «tiraron la toalla» y consideran a ese punto un asunto perdido. Por eso reclaman “nivelar la cancha” desde otros aspectos de la competitividad.
Lo paradójico es que el esquema cambiario actual, sostenido con el inmenso apoyo de Scott Bessent, generó un boom de importaciones desde China que se transformó en el principal socio comercial de Argentina. Tuvieron un crecimiento interanual del 32% en septiembre, mientras que las de EEUU solo subieron un 7%.
Un episodio llamativo de esta semana fue el crecimiento de la importación de galpones fabriles listos para armar, una categoría que se encuentra en el mercado argentino y que a priori no pareciera ser muy cómodo en términos prácticos importar. Los empresarios locales aseguran que tienen precios competitivos, mejor calidad, menos costos de montaje y mejor servicio de asesoramiento e ingeniería posventa.
Pero así son las modas. Así son los incentivos de la política económica. Este año la feria de Cantón en China, la más grande del mundo, rebasó de argentinos buscando algo para importar en containers mixtos. Importar cualquier cosa, lo que sea. Tal vez algo de eso busca corregir Trump con el acuerdo comercial, que sus dólares no se vayan a financiar al gigante asiático.