Glaciares y política, a ver esas palmas

Como en esas peñas del Interior en las que cada habitación hay una guitarreada diferente, las comisiones del Congreso Nacional han pasado por el primer capítulo de las sesiones extraordinarias. En eso estaban los representantes de las provincias mineras en el proyecto reformador de Glaciares, cuando empezó  a escucharse el repiquetear de bombos vecinos, más el tufillo a asado quemado. Los hielos son nuestros dijeron los gobernadores, pero hubo que recalcular lo de cerrar el libro e ir al recinto antes del fin de año.

Eso nunca estuvo previsto dijeron a CLUBminero legisladores y funcionarios nacionales y provinciales, obviously.   Agendate el 10/02 efemérides de la Ley Sáenz Peña, aquella de «sepa el pueblo votar». Mientras tanto, alejamos los hielos y la minería de los sofocones del Presupuesto Nacional, la Reforma Laboral y otras leches, porque ya problemas tenemos con los antiminería que reaparecieron.

Al final de los dos días a full de unos y otros, ha quedado claro el meollo de la cuestión: no son los glaciares o perigraciares, sino las incumbencias,  las jurisdicciones de control. El que lo puso más prístino de todos fue el gobernador sanjuanino Marcelo Orrego, quien en media docena  de pasajes de su alocución  y respuestas a consultas post reiteró aquello de «tenemos tres organismos de contralor de excelencia» como para complementar, sustituir, o vaya a saber cuál será el rol definitivo, frente al devaluado IANIGLA, cuyo presidente Pablo Villagra dijo que no había sido consultado por Presidencia de la Nación para confeccionar la ley aclaratoria. Sobre este speach se han montado Greenpeace y otros para decir que el árbirtro y el VAR ahora lo pondrán las mineras.

 

En otros cenáculos afuera del Congreso, había voces del entuerto nacionnal, como la Unión Industrial Argentina que llevó sus números al gobierno antes de la selfie prensera. Una sonrisa no se le niega a nadie, pero dijeron que se han perdido 21.000 empleos industriales, muchos a manos de la apertura de las importaciones a manos de China, que tiene como contendor a Paolo Rocca y su team. El petardeo asiático es tal que los gerentes de Techint, voceando su malestar por los tubos chinos que compraría YPF, invocaron el faro del desarrollo nacional y pusieron en duda las mieles de las actividades extractivas. ¿Y Tecpetrol? bien gracias, eso es integración vertical y cadena de valor.

La peña folklórica está a full. Hay debates con sordina, mientras la minería sigue con atención desde su fama inédita en 2025, como los límites del Estado del Bienestar que corporizó el peronismo. Una idea que hace tiempo ya no es la invicta fuente de prosperidad. Pero el orden conservador que pretende sustituirlo debería mostrarse eficiente y timonear los pagos de la deuda externa, los costos de la apertura comercial y las dificultades para multiplicar las divisas.

Con o sin glaciares aclarados, el establishment minero debe afrontar el costo agridulce de mudarse al barrio de los ricos. En el que la novedad del año que se va es la atracción que ejercen los precios altísimos de los minerales y metales sobre los capitales nacionales. No sólo de los grupos empresarios productivos y financieros que ya incursionan. En otro siglo a sus líderes se les llamaba los Capitanes de la Industria, vaya antigüedad.

Por arriba de nuestras cabezas, el dron libertario sigue escaneando cuanto le costará esta alianza con las provincias, las dueñas soberanas de los recursos mineros pero a la vez súbditas de la coparticipación de impuestos. Hay amores y fidelidades que matan. Antes y después de las inversiones.

Compartir nota:
Twitter
LinkedIn
WhatsApp
Facebook

Contenido exclusivo para socios

¿Todavía no sos socio?