En esa carrera contra el tiempo, hoy se abre una venta de oportunidades porque el mundo seguirá demandando petróleo y gas en las próximas tres décadas, en un contexto de crisis de suministros acentuado por la guerra entre Ucrania y Rusia.
La CEPH asegura que para aprovechar el entorno internacional se necesitará “una sustantiva modificación del marco regulatorio que rigió al sector a lo largo de las últimas décadas, a fin de potenciar los niveles de inversión y alcanzar el pleno aprovechamiento de los recursos”.
Según la visión de las empresas productoras, el marco regulatorio requiere “el establecimiento de mecanismos taxativos de determinación de los precios locales de los hidrocarburos, así como de sus valores de paridad de exportación, garantizando la alineación con los vigentes en el mercado mundial”.
Aducen que la producción hidrocarburífera Argentina compite con otras cuencas productivas a nivel internacional, por lo cual es necesario generar niveles de rentabilidad similares para traer las inversores extranjeras que se necesitan para desarrollar los yacimientos de Vaca Muerta.
Agregan que, en el caso del precio de los combustibles en surtidor, dada la necesidad creciente de importación de productos terminados que seguramente se verificará a lo largo de los próximos años porque el parque refinador local no se ampliará, se requerirá de un nivel de precios alineado con los precios de paridad de importación para garantizar el pleno abastecimiento de la demanda local.
“Los crecientes excedentes de crudo que generará la producción hidrocarburífera a lo largo de los próximos años requerirá de la apertura de nuevos mercados y, para ello, es central la conformación de contratos de suministro de largo plazo, una vez garantizado el abastecimiento del mercado local”, indica el informe.
En el caso del gas natural, señala que el abastecimiento de la demanda doméstica durante lo que resta de la década se encuentra parcialmente garantizado por la instrumentación del Plan Gas.Ar, aunque se deberán realizar nuevas licitaciones adicionales para consolidar el abastecimiento pleno a nivel interno.
La CEPH también indica que la expansión de las exportaciones de gas natural, tanto hacia los mercados regionales como para la conformación de plantas de licuefacción, “requiere de la conformación de un marco regulatorio específico que garantice, entre otras medidas, el no redireccionamiento de la producción, la posibilidad de exportar en condición firme en contratos de largo plazo y otorgue estabilidad fiscal, así como beneficios fiscales que permitan enfrentar un escenario internacional fuertemente competitivo”. Varias de esas cuestiones están incluidas en la Ley de Promoción del GNL que elevó el ministro de Economía de la Nación, Sergio Massa, al Congreso, y que se debate en comisiones.
Cepo cambiario
Otro tema clave que subraya el informe de la Cámara de compañeras productoras son las restricciones en el acceso al Mercado Único y Libre de Cambios (MULC), que suponen “una traba significativa al aumento en el nivel de inversiones en el sector, producto de las sensibles restricciones que experimentó la distribución de dividendos, así como a las dificultades experimentadas para el pago de deuda, tanto comercial como financiera, por parte de las compañías en el exterior”.
Aseguran que el cepo cambiario atentó contra la inversión extranjera directa (IED), así como del financiamiento externo. “El acceso al MULC para la adquisición de equipamiento, el repago de deuda y la distribución de utilidades es una condición básica para alcanzar un salto sustantivo en los niveles de inversión. Si bien el ordenamiento macroeconómico puede permitir el restablecimiento del acceso al MULC, dada la trayectoria experimentada por la economía argentina en la última década, se requiere de la instrumentación de medidas que garanticen el acceso a divisas a lo largo de los próximos años, más allá del contexto macroeconómico vigente”, señalan.