Desde el sector industrial santafesino estiman que actualmente la deuda Pyme con el exterior alcanza los 3 mil millones de dólares. Se trata de empresas que accedieron a insumos o bienes finales con proveedores de afuera. Consideran que el Sistema Estadístico de Importaciones (Sedi), que viene a reemplazar a la Sira, por ahora es apenas un cambio burocrático que no soluciona el verdadero problema que tiene frenado el ingreso de insumos. Por otra parte, relativizan el lanzamiento del Bopreal, al considerar que su deuda no es con casas matrices (que podrían llegar a aceptarlo) sino con proveedores que de arranque, en muchos casos, mostraron su rechazo a esa posibilidad.
En este sentido, una de las posibilidades que tienen las pequeñas empresas para aprovechar esa herramienta del Banco Central, es tomar el título para colocarlo en el mercado secundario y acceder a divisas. El problema, según reconocieron, es que esa herramienta todavía cuenta con inconsistencias y en el caso de concretarse representa un costo más alto para el importador. De hecho, tras la primera licitación, el Ministerio de Economía reconoció que no tuvo la recepción esperada, ya que apenas hubo una demanda del 9% sobre lo ofrecido. La segunda licitación, que tuvo lugar en la semana, tampoco tuvo demasiado éxito y el nivel de adjudicación fue similar. Una fuente del sector financiero consultada por este medio, aseguró que en el mundo de las finanzas refieren al bono como “un perno”.
Descartada por ahora la posibilidad del Bopreal, referentes locales del sector industrial aguardan por una de las promesas del Banco Central, y tiene que ver con la puesta en marcha de un nuevo cronograma de pagos al exterior. Contempla la posibilidad de abonar el 25% de la mercadería cada 30 días hasta llegar a los 120 días para saldar la totalidad de una mercadería. Aún no se cumplieron los primeros 30 días, de manera que no lograron corroborar si esa será una manera efectiva de pagos al exterior.
En diálogo con El Ciudadano, el ex presidente de la Asociación de Industriales Metalúrgicos y titular de la fábrica de heladeras Briket, Roberto Lenzi, analizó el contexto económico y brindó detalles del impacto en la producción. Por el momento mantiene la cautela pero reconoce la preocupación por los problemas para traer productos de afuera y por lo que pueda ocurrir con la apertura importadora de bienes finales.
“El 60% de la materia prima es importada y no la conseguimos. Ya venimos con problemas desde el gobierno anterior y hoy el problema está en cómo girar los dólares. Tenemos buena relación con proveedores pero ya venimos con deudas desde hace tiempo y se pusieron más rígidos, por ahora no sabemos como vamos a destrabarlo”, deslizó.