Este miércoles, la Corporación de Fomento de la Producción (Corfo) de Chile anunció la apertura de dos nuevas convocatorias que se suman a los esfuerzos que la entidad viene realizando para impulsar el desarrollo sostenible de la industria del hidrógeno verde local, en el marco del compromiso internacional del país de alcanzar la descarbonización al año 2050.
Con ese objetivo, el ministro de Economía, Fomento y Turismo, Nicolás Grau, y el Vicepresidente Ejecutivo de Corfo, José Miguel Benavente, anunciaron que hasta principios de septiembre estarán abiertos los concursos para la segunda versión del Programa Tecnológico de “Uso y Adopción de Hidrógeno Verde en la Industria Chilena” así como la primera versión de un programa tecnológico llamado “Manufactura de componentes habilitantes para la industria del hidrógeno”.
En conjunto, ambos llamados significarán subsidios públicos por $13.500 millones (US$ 14,3 millones) en 5 años, mientras que los privados aportarán otros $10.800 millones (US$ 11,5 millones).
Las iniciativas buscan, en primer término, el desarrollo de diversas tecnologías que permitan la reconversión de procesos productivos al nuevo energético; y, en segundo lugar, promover el desarrollo de actividad de manufactura local asociada a la cadena de valor de esta nueva industria.
De hecho, Corfo estima que el desarrollo de los proyectos que se espera financiar con el llamado para el “Uso y Adopción de Hidrógeno Verde en la Industria Chilena” podría generar un aumento de 1.000 toneladas al año de la demanda directa por hidrógeno en el país, lo que podría llegar hasta 45 mil toneladas una vez que las tecnologías finalicen su etapa de pilotaje y se implementen plenamente.
La agencia detalló que estos llamados se suman a otros esfuerzos que la Corporación está desplegando para impulsar el desarrollo de la producción y uso de H2V en el país, entre los que se cuenta el llamado a presentar ofertas para la “Fabricación y/o ensamblaje de electrolizadores y sus componentes” en Chile y la reciente apertura de un concurso para la instalación de un Centro Tecnológico de Innovación en H2V en Magallanes.
“Estamos hablando de más de $35.000 millones (US$ 37,2 millones) entre lo que se adjudicó en 2023 y lo que vamos a adjudicar en el año 2024, un esfuerzo importante que estamos haciendo como país que esperamos nos ayude a acelerar el tránsito hacia la carbono-neutralidad”, sostuvo el ministro Grau.
En tanto, el Vicepresidente Ejecutivo de Corfo, José Miguel Benavente, destacó que el sector productivo asociado al hidrógeno ofrece numerosas actividades y procesos funcionales para el logro de la carbono neutralidad que “generan oportunidades en empleo y crecimiento económico no sólo para las empresas, sino que también para el bienestar de las personas al permitirnos usar un energético más limpio”.
FALTA IMPULSO GLOBAL
Aunque el gobierno chileno presentó al menos cinco casos de uso concretos durante este lanzamiento – la experiencia de Walmart usando grúas horquilla impulsadas por hidrógeno, el uso de una mezcla de GLP y GN con H2V hecho por Abastible, producción de cables de cobre usando hidrógeno, fertilizantes en base a hidrógeno verde, hidrógeno como combustible de vehículos de última milla, entre otros- recientemente un análisis global sobre este combustible limpio no fue demasiado optimista.
Algunas de las incertidumbres que rodean el camino futuro de la transición energética incluyen qué nichos permanecerán y qué métodos de producción prevalecerán para los combustibles limpios. El hidrógeno es el principal candidato y el foco de varias discusiones políticas. El hidrógeno se puede utilizar directamente o es un precursor de combustibles limpios, como el gas natural sintético o los combustibles de aviación sostenibles.
“Si bien las tecnologías necesarias para producir hidrógeno de manera responsable y sin emisiones climáticas existen en gran medida y están probadas, conllevan altos costos y carecen de competitividad frente a sus contrapartes de combustibles fósiles”, indicó Norbert Rücker, Head Economics and Next Generation Research, en un reporte del banco suizo Julius Baer a principios de este mes.
En Europa, se han subastado créditos de producción de hidrógeno para apoyar la construcción de infraestructuras teniendo en cuenta los costes, ya que. Algunos dicen que el hidrógeno es la navaja suiza de la transición energética, una herramienta que se adapta a diferentes aplicaciones, pero donde casi siempre hay una alternativa mejor.
Algunos nichos parecen más plausibles que otros. Por ejemplo, es probable que el amoníaco, un combustible derivado del hidrógeno, experimente una mayor adopción en el futuro. La logística y el comercio del amoníaco ya existen hoy en día, y podría ser una forma para que los países exporten energía, dado que la brecha de costos con el amoníaco basado en combustibles fósiles es pequeña y está disminuyendo, y las compañías navieras parecen dispuestas a reemplazar el fueloil.
“Dadas las incertidumbres comerciales y políticas, mantenemos nuestra visión neutral. Más adelante en esta década, deberíamos tener más claridad sobre las perspectivas y el potencial de crecimiento de los combustibles limpios. El papel del hidrógeno dentro de la transición energética sigue siendo incierto. Vemos un mercado que evolucionará solo hacia 2030”, sentenció Rücker.