Rocca advirtió sobre los riesgos del avance del control de China sobre la cadena de valor de las energías renovables

Desde San Pablo, el presidente de Techint señaló que el control cada vez más extendido de China sobre la cadena de valor de las energías renovables es un riesgo para un mundo que avanza hacia una agenda de descarbonización. Rocca cuestionó que el avance chino se explica, en buena medida, por la decisión del Partido Comunista de promover la venta de insumos y equipamiento a precios de descuento —por debajo de los costos de producción— para barrer con la competencia occidental. A su vez, advirtió sobre el «fracaso colectivo» de América Latina para incentivar el desarrollo de la industria del acero.

Paolo Rocca, presidente de Techint, el mayor grupo industrial-energético de la Argentina, advirtió este martes sobre los riesgos que implica el avance de China en el control de toda la cadena de valor de las energías renovables. La potencia asiática consolidó en los últimos años una fuerte presencia en todos los segmentos de ese negocio: desde el refinado de litio hasta la fabricación de paneles solares, baterías y molinos eólicos.

“China ve la transición energética como una oportunidad extraordinaria para reducir su dependencia de los combustibles fósiles, que necesariamente se importan a través de rutas marítimas expuestas a sanciones o que son vulnerables en caso de conflictos armados”, enfatizó el ejecutivo, que fue uno de los principales expositores del congreso siderúrgico organizado por el Instituto Aco Brasil en San Pablo. “Al mismo tiempo, busca consolidar una posición dominante en la producción y transformación de insumos básicos, con costos y escalas de producción difíciles de replicar en otros países”, agregó

Un informe publicado en abril por la Comisión Europea deja entrever que el posicionamiento de China como el mayor proveedores de tecnologías en el sector de energías renovables se explica, en buena medida, por los múltiples subsidios estatales que reciben las empresas fabricantes de ese país y también por la decisión estratégica del Partido Comunista para promover la venta de insumos a precios de descuento —que ni siquiera cubren sus costos de producción, en una clara práctica de dumping comercial— para incentivar la expansión de las compañías chinas en el mercado global de energía y eliminar a sus competidores occidentales.

Concentración china

En un mundo que avanza, con marchas y contramarchas, hacia una agenda de descarbonización, que necesariamente implicará un crecimiento de las energías renovables, el riesgo es que China monopolice el suministro de insumos y equipamientos marcando el pulso del negocio a nivel internacional en función de sus intereses geopolíticos.

Frente a ese escenario, Rocca llamó a buscar sinergias entre las economías de América Latina para posicionarse frente a la tendencia imperante a nivel mundial. “Nuestros países tienen la energía y los recursos naturales que permitirían un crecimiento muy eficiente en términos de reducción de emisiones, con inversiones mucho menores que las propuestas para Europa, Japón y el T-MEC (que estarán respaldadas por enormes subsidios estatales)”, afirmó, antes de añadir: “La matriz energética del Mercosur, con amplia disponibilidad de energía hidroeléctrica, gas natural y energías renovables de diferentes fuentes (eólica, solar, biomasa), permitiría un crecimiento racional y eficiente con costos marginales y muy bajas emisiones de CO2 respecto de cualquier alternativa». «Pero esta discusión va más allá de los límites de la política industrial de cada bloque y aún no se lleva a cabo con una visión integrada”, advirtió.

Rocca sostuvo que el crecimiento chino no se desarrolló en un contexto de libre mercado comparable al de las democracias occidentales, sino bajo un sistema autoritario que centraliza recursos y capta excedentes productivos.

“Las importaciones chinas controlan la inflación en América Latina pero tienen un impacto negativo en sus sectores industriales, la inversión y el crecimiento. Esta dinámica ha creado una aparente complementariedad entre las economías que exportan materias primas y China, que necesita insumos para su vasta producción manufacturera”, indicó el número 1 del grupo Techint.

El consumo de acero

El directivo de Techint destacó la preocupante situación económica de las naciones del Mercosur, señalando que «el consumo de acero no crece porque nuestras economías crecen muy lentamente, en un modelo que privilegia los productos primarios y los sectores financieros y de servicios».

En su presentación precisó que a lo largo de los últimos 15 años, las economías de esta región han visto una disminución en su participación en el PBI mundial, pasando del 4,1% al 3,0%. En términos de PBI per cápita, el crecimiento ha sido inferior al 10%, en contraste con el crecimiento del 25% en EE.UU. y del 15% en Europa.

Rocca advirtió que esta situación representa «una imagen de un fracaso colectivo» en América Latina que ha afectado gravemente la calidad institucional y la gobernabilidad. Más tarde atribuyó este estancamiento a políticas económicas ineficaces implementadas por gobiernos democráticos, que han «creado distorsiones sectoriales, desalentado las inversiones y promovido el avance de la informalidad en la economía«.

«Estas políticas no han logrado el objetivo fundamental para nuestra sociedad: el crecimiento sustentable y la creación de oportunidades», afirmó. Además, subrayó que el aumento del peso del Estado en la economía ha superado al de los países desarrollados, aunque la calidad de los servicios ofrecidos sigue siendo deficiente.

El ejecutivo también remarcó la difícil situación de las empresas privadas, que enfrentan «una carga impositiva sustancialmente mayor» que sus pares en Estados Unidos, Europa o Japón. «Tienen que competir por recursos financieros con estados que, en la mayoría de los casos, generan grandes pérdidas», manifestó.

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