El impulso mundial hacia la energía nuclear es clave para reactivar la PIAP

En medio de un nuevo impulso global hacia la energía nuclear, el diputado nacional por Neuquén, Osvaldo Llancafilo, anunció que hay un posible horizonte de reactivación para la Planta Industrial de Agua Pesada (PIAP) en Arroyito. Es parte de la transición energética.

Llancafilo comentó que la iniciativa se discutió en una reunión reciente con altos funcionarios nacionales, como José Rolandi, vicejefe de gabinete, y Guido Lavalle, coordinador de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), junto a Rubén Etcheverry, ministro de Infraestructura de Neuquén, y el diputado Pablo Cervi.

La Planta Industrial de Agua Pesada -que es propiedad de la CNEA y que está operada por la Empresa Neuquina de Servicios de Ingeniería (ENSI)- cuenta con un diseño original, le permite una capacidad de producción de 200 toneladas de agua pesada por año.

«El panorama global está cambiando, y la energía nuclear está siendo reconsiderada como una fuente esencial en la transición energética, al igual que el gas», explicó Llancafilo.

Energía nuclear: la clave para la PIAP

“Canadá, India y China están impulsando nuevamente sus proyectos nucleares, y esto abre una oportunidad para la reactivación de la planta en Arroyito», añadió.

La PIAP, que ha estado inactiva durante años, podría volver a funcionar debido a la creciente demanda de agua pesada para el enfriamiento de nuevos reactores nucleares y centrales en construcción.

La energía nuclear ha ganado terreno como una fuente continua, especialmente en sectores tecnológicos como los servidores de inteligencia artificial de empresas como Amazon.

Llancafilo destacó que, aunque la reactivación de la PIAP es un proyecto a mediano y largo plazo, ya forma parte de la agenda del gobierno nacional.

El interés de Neuquén

Durante una consulta que realizó Llancafilo al jefe de gabinete, se le confirmó que existe un interés real en revitalizar la planta. Sin embargo, este esfuerzo requerirá una inversión considerable, especialmente para modernizar los equipos de la planta, que hoy operan con tecnología analógica.

«El recambio de tableros y monitores, junto con la digitalización de los equipos, es fundamental para que la planta esté a la altura de las demandas actuales. Esto implicará una inversión que la CNEA podría asumir, en función de los contratos que se logren para la venta de agua pesada«, explicó el diputado.

Si bien el proceso no será inmediato, Llancafilo se mostró optimista: “El horizonte ha cambiado drásticamente. No es algo que se resuelva de la noche a la mañana, pero ahora existe una oportunidad real de que la PIAP vuelva a jugar un rol clave en la industria nuclear mundial”.

Con la reactivación de la planta, se abrirían también nuevas oportunidades de empleo y desarrollo tecnológico en la región. Un complemento que va de la mano con Vaca Muerta.

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