Renovables: El plan de GENNEIA para llevar energía renovable a los proyectos de litio en el NOA

GENNEIA impulsa un proyecto integral para abastecer la demanda eléctrica a los desarrollos mineros de litio en el Noroeste Argentino. De esta manera, la compañía suma a su portfolio un proyecto de infraestructura que facilite el core de su negocio de producción de energía con cero emisiones y a valores que permitan competitividad en términos económicos a sus clientes.

Fuentes de la compañía explicaron a Mejor Energía que que la propuesta busca atender la necesidad de las empresas mineras, de las que operan fundamentalmente en el Salar del Hombre Muerto, de tener una producción verde con estándares ambientales muy altos y consumo de energía renovable. La idea es similar a la que pretenden llevar adelante Central Puerto, la principal generadora de electricidad de la Argentina, e YPF Luz, la primera en venta de energía en el Mercado a Término (MATER), por lo cual no se descarta que haya una integración o al menos una complementación para la puesta en marcha.

Para eso se les está planteando un esquema en el cual puedan abastecerse con una línea de transporte que las unifique y tener un solo parque de gran escala que las alimente, y no ir con parques individuales para cada proyecto minero. Es que en el caso del litio sería la opción mas ineficiente porque el tamaño de los parques puede ser pequeño y sería muy onerosa la inversión, por lo que la idea es trabajar en una línea minera que unifique los sitios operativos.

La construcción de un parque generador en la misma región permitiría evitar a conexión al sistema interconectado nacional y, a la vez, no tener necesidad de una adecuación normativa que permita distinguir que la energía volcada a la red no sea de uso de terceros, sino exclusivamente destinada a las empresas vinculadas a la iniciativa.

La ingeniería de esa línea, que deberá atender tanto la topografía particular de La Puna como de la distribución de los emprendimiento litíferos para definir su traza, podría tener una extensión de entre 150 y 250 kilómetros, es decir una inversión de hasta 300 millones de dólares. Es decir, que también se abre el atractivo de poder incorporar el proyecto al Régimen de Incentivo de Grandes Inversiones (RIGI) que establece beneficios impositivos, cambiarios y aduaneros.

En el caso del cobre, GENNEIA también está en diálogo con las principales operadoras pero con la particularidad de que los proyectos de este mineral son muy superiores en inversión, en infraestructura y en demanda eléctrica, lo que obliga a un esquema asociado a cada proceso de construcción. Aquí, hay que intervenir directamente de la mano de las provincias a nivel energético porque se requieren grandes obras de infraestructura ad hoc o regional que pueda abarcar a dos o más provincias.

Sin embargo, el litio tiene iniciativas más pequeñas pero más adelantadas en su desarrollo por lo que presentan ya una necesidad concreta de empezar a contar con una oferta de renovables, porque no hay manera de que la producción de los minerales críticos puedan pensarse de otra manera en términos de sustentabilidad social y ambiental.

GENNEIA, que tiene como objetivo duplicar su capacidad instalada en 3 años hasta alcanzar 2.000 Mw de capacidad renovable, buscará apalancar el financiamiento de las obras a partir de la experiencia lograda como principal emisor de bonos verdes de la Argentina, que le permitió fondear parte de sus proyectos ya en marcha.

Pero también hay disponible un amplio financiamiento internacional competitivo muy direccionado a proyectos con alguna meta de descarbonización, lo cual es accesible para el país siempre y cuando permita la entrada en funcionamiento de nuevos parques.

Ante la saturación en las líneas de transmisión eléctrica, la industria de las renovables se encuentra desarrollando iniciativas en lugares que cuentan con peores vientos o peor radiación solar de la que se podrían conseguir en otras locaciones, debido a que no hay lugar en la red interconectada para colocar proyectos de envergadura.

La consecuencia inmediata de esta situación es que la energía es más cara, lo que hace más necesario aún iniciar el proceso de inversión en infraestructura, de manera que se aprovechen los enormes recursos que tiene la Argentina.

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