Producción Offshore alcanzará su máximo en 2020 y luego se unirá al Shale en la desaceleración del mercado

Un informe de analistas de la firma de investigación de mercado Sanford C. Bernstein, considera que los proyectos en el Golfo de México y Costa afuera en América del Sur aumentarán significativamente la producción el próximo año. Sin embargo, a partir de 2020, las probabilidades disminuyen respecto a cualquier mayor crecimiento. En cuanto al comportamiento de la producción del Shale, el mes pasado dos conocidos pioneros del shale norteamericano pronosticaron una desaceleración para su sector.
En conjunto, las advertencias podrían indicar una nueva era para un commodity que se vende por aproximadamente la mitad del precio alcanzado hace solo cinco años. El catalizador se debe a los recortes de gastos y a la disciplina del capital que se ha impuesto por parte de los accionistas en casi todas las compañías. El resultado: Potencialmente un «escenario tentador» para los inversores donde los precios del petróleo aumentan incluso cuando los costos y la demanda caen, dijo Bob Brackett, autor del informe de Bernstein.
Tres fuentes de crudo han experimentado un crecimiento sustancial este siglo: las provenientes de aguas profundas, shale y las arenas petrolíferas, y el primer pico los alcanzarán en 2020, el segundo pico unos años más tarde (ya en desaceleración). Mientras que el futuro de las arenas petrolíferas está en duda por un impacto en la sostenibilidad respecto a emisiones de CO2.
La industria offshore ha luchado por mantener el crecimiento desde que los precios del petróleo cayeron a menos de US$ 30 por barril en 2016 después de alcanzar más de US$ 100 a mediados de 2014.
Los altos precios provocaron una avalancha de proyectos de alto costo entre 2010 y 2014. Pero hoy esos proyectos son apenas capaces de generar valor, según el informe del 30 de octubre de 2019 de la consultora Rystad Energy, en donde evaluó los campos petroleros offshore aprobados en ese lapso y los clasificó por valor estimado por barril de petróleo.
La razón por la que los proyectos sancionados entre 2010 y 2014 están luchando para crear valor se relaciona principalmente con la estructura de costos. Estos campos fueron aprobados cuando los precios del petróleo estaban por encima de los 100 dólares por barril, y la actividad estaba en un máximo histórico. Estos dos elementos condujeron a un aumento de los costos dentro de la industria de E&P, lo que aumentó el costo de desarrollo por barril de petróleo equivalente.
Si bien los proyectos más nuevos de aguas profundas son menos costosos, aún tardan más en desarrollarse que los pozos de esquisto bituminoso y no pueden competir en costos. En los últimos años, como resultado de este hecho, aproximadamente US$ 100 mil millones en inversiones se han desplazado hacia el sector del shale, según los análisis de IHS Markit.
La decisión de Royal Dutch Shell Plc el mes pasado de desconectar un par de proyectos en Kazajstán debido a sus altos costos apunta a la situación cambiante de la costa. El último ejemplo llegó la semana pasada cuando Brasil no logró atraer ofertas de las grandes petroleras del mundo en su subasta de yacimientos en aguas profundas que podrían contener 15 mil millones de barriles de petróleo, casi el doble que las reservas de Noruega.

La producción de Shale también ha decaído 

Los pioneros de la industria del esquisto, Scott Sheffield, director ejecutivo de Pioneer Natural Resources Co., y Mark Papa, CEO de Centennial Resource Development y que convirtió a Eron Resources Inc. en uno de los mayores exploradores independientes de petróleo del mundo, están haciendo sonar la alarma sobre el crecimiento del shale en EE.UU.
 
Mark Papa aseguró que esto no es un problema temporal y considera que la producción de shale de EE.UU., en una proyección anualizada, será considerablemente menos significativa en 2021 de lo que ha sido en los últimos años. En la reunión más reciente de inversionistas, Mark Papa, realizó una reducción en sus predicciones respecto al crecimiento interanual de la producción de crudo de EE.UU., llevándola de 700,000 a cerca de 400,000 barriles por día.
Por su parte, Scott Sheffield, dijo que la cuenca del Pérmico «se desacelerará significativamente en los próximos años», y señaló en el último reporte de ganancias que la compañía también está actuando con más moderación debido a presión de los accionistas para no alcanzar crecimientos que ya no sean rentables.
Para estar seguros, que tanto el sector de shale como el offshore continuarán produciendo, Sheffield considera que se agregarán alrededor de 700,000 barriles por día el próximo año en los campos de shale de EE.UU., mientras que la Administración de Información de Energía (EIA) predice que la producción diaria se expandirá en 910,000 barriles. Incluso ese número sería la mitad del aumento del año pasado.
A principios de 2020, se espera que Exxon Mobil Corp. comience a producir petróleo de pozos de aguas profundas frente a la costa de Guyana que tienen el potencial de producir más de 6 mil millones de barriles. Mientras tanto, ocho nuevos proyectos se abrirán en el Golfo de México este año y en 2020, según un informe del 16 de octubre de la EIA de EE.UU.
Aun así, se espera que la participación del Golfo en la producción general de los EE.UU. disminuya, según el informe de la EIA, a alrededor del 15% desde el 23% en 2011. En 2014, la industria tenía 245 plataformas flotantes trabajando a nivel mundial, según la firma de inversiones Evercore ISI, ahora hay menos de la mitad de ese número, y los contratistas están tratando de gestionar la crisis.
Valaris Plc, uno de los mayores propietarios de plataformas offshore, anunció el martes una nueva ronda de recortes de costos que suman al menos US$ 100 millones ya que los ejecutivos «reconocen plenamente las continuas presiones en el entorno actual del mercado», según un comunicado.

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