Escocia, que albergará la cumbre climática de Naciones Unidas de 2020 en el mes de noviembre, es considerado un país referente a nivel mundial en renovables. No en vano, el país británico dejará de utilizar combustibles fósiles en 2020 y, hace cinco años, logró el 50% de su electricidad producida por renovables.
Según datos de Scottish Development International, en 2015, Escocia produjo el 59% de su electricidad con energías renovables. Las cifras, lejos de reducirse, fueron aumentando en los años siguientes, consiguiente un 68,1% de renovables en 2017 y un 74,6% en 2018.
Alcanzar una matriz energética 100% basada en energías renovables añadiría a Escocia a la lista de otros países que ya han logrado este objetivo, como Paraguay, Islandia y el Congo.
Los datos de WWF, el Fondo Mundial para la Naturaleza, Escocia generó 9.831.320 MWh de energía eólica entre enero y julio de 2019, una cantidad de energía suficiente para alimentar el 182% de los 4,4 millones de hogares escoceses o el 100% de las casas de Escocia y el norte de Inglaterra.
La eólica, líder de las renovables en Escocia
La energía eólica es la principal fuente de generación en Escocia, aunque también se emplean otras fuentes de energía renovable como la solar, la geotérmica, la biomasa, la hidroeléctrica y la hidrocinética (energía de onda). Alcanzar una matriz energética 100% basada en energías renovables añadiría a Escocia a la lista de otros países que ya han logrado este objetivo, como Paraguay, Islandia y el Congo.
En un informe reciente, la organización Scottish Renewables estima que Escocia alcanzará su objetivo este año gracias al papel activo del gobierno en el asunto, declarando la emergencia climática y comprometiéndose a tener cero emisiones para 2045, cinco años antes que el objetivo fijado por el Reino Unido.
Siguientes objetivos
El gobierno escocés está plenamente concienciado con la necesidad de descarbonizar algunos sectores, en especial el del transporte. Por ello, a partir de 2032 el gobierno adaptará medidas para eliminar gradualmente el uso de furgonetas de gasolina y diésel como parte del proyecto de ley de cambio climático. Este tipo de medidas irán acompañadas de otras para fomentar la movilidad eléctrica.