A medida que intentamos cuantificar el impacto del coronavirus COVID-19 en la economía y en la rotación de empresas, la realización se está estableciendo: el trabajo y la producción después de COVID-19 inevitablemente cambiarán.
La búsqueda de una cura, estratégica en este caso, para superar la situación actual está en marcha. La regla es clara: evolucionar para sobrevivir. Y aunque nadie saldrá de este sistema inmune, algunas empresas podrán adaptarse para maximizar su productividad en el nuevo contexto.
Cómo cambiará la actividad industrial después del coronavirus
El pico sin precedentes del trabajo inteligente en estos meses es un adelanto de lo que sucederá en la Industria 4.0 después del coronavirus. La descentralización del trabajo y la superación del concepto de lugar de trabajo como espacio físico están destinados a ingresar a la cultura corporativa, con cambios crecientes y definitivos.
Desde el bote salvavidas, el trabajo remoto se ha convertido en un modelo de negocio estable y familiar. Su eficacia ha sido probada a nivel mundial, y hoy más que nunca parece ser el camino más prometedor. Un nuevo estándar, para ser explotado no solo en tiempo de necesidad, sino también a largo plazo. Es por eso que el crecimiento del proceso de digitalización de la empresa en todos los niveles es inevitable.
Sin embargo, este proceso necesita una actualización de las utilidades para la conexión remota (como Everyware de la ESA) y su integración con plataformas de trabajo inteligentes (equipos, mensajería, Skype for business, etc.). Esto apoyará la implementación de un sistema cada vez más fuerte de prevención y operación remota, para un futuro inteligente y seguro del sector industrial después del coronavirus. Para que esto suceda, también es necesario invertir en capacitación, que desempeñará un papel clave en la aceleración hacia una Industria 4.0 más digital.
Coronavirus e Industria 4.0: un proceso ya en marcha
Digitalización, asistencia remota, conectividad: estos no son conceptos nuevos en Industry 4.0. De hecho, estos son los mismos elementos que definen la cuarta revolución industrial.
La solución a la crisis ya está escrita en el ADN de la Industria 4.0. El desafío es apoyar una implementación más inmediata, a corto plazo y extendida de las expectativas existentes sobre el futuro de la industria.
El lujo de resistir el cambio se ha ido. Todo el sector industrial está llamado a transformarse. Pero debido a la necesidad de adaptarse y adoptar la digitalización, también pueden surgir oportunidades. Esta nueva crisis podría ser el detonante de un paso adelante en la evolución de nuestro sector.