“Nuestro país tiene dos plantas en producción, ocho plantas en estado avanzado de construcción, estudio de factibilidad y análisis potencial, y 35 proyectos en otras etapas. La mayoría se concentra en el norte, en las punas jujeña, salteña y catamarqueña. También hay exploraciones en La Rioja, San Luis y Córdoba”, precisó.
“Es de vital importancia para nuestro país sumar el potencial del litio con Vaca Muerta”, advirtió De Castro, y seguramente lo hizo sabiendo que el recurso está y los precios internacionales vuelan. “Sus precios pasaron por varias fases y se esperaba un equilibrio en torno a los 12 dólares la tonelada de LCE (carbonato de litio, uno de los principales productos). Hoy están en el orden de los 75 dólares. Están volando”, dijo.
El incentivo está en el mercado: el precio del carbonato de litio es hoy 10 veces superior al de hace tres años. Es decir, a inicios de la pandemia se ubicaba en torno a los 6000 dólares la tonelada. Hoy ya cotiza alrededor de los 80.000 dólares la tonelada. Para más incentivo: por cada 10 dólares de exportaciones que ingresan por la exportación de carbonato de litio, sale solo 1 dólar en importaciones.
Matías Catueño, profesor de la Diplomatura en Gestión del Hidrógeno del Instituto de Energía de la UA, delineó las características de esta producción clave sobre todo para la descarbonización del transporte pesado terrestre. “Tenemos que ver cómo nos integramos en este rubro donde todo es potencial y crecimiento”, dijo el especialista.
Como en el caso del litio y, por qué no, como en el gas y el petróleo de Vaca Muerta, con el hidrógeno se presenta un gran escollo: moverlo es todo un desafío. “El hidrógeno posee tres veces más energía por unidad de masa que los gases convencionales: es el gas más liviano y es poco denso. Pero el problema que tiene es su volumen, por lo que necesita ser comprimido o usar carriers como el amoníaco para que su transporte se garantice de manera viable”, explicó.
Por otro lado, el especialista aseguró que mientras Europa y Asia son los importadores netos de hidrógeno, entre los países exportadores se encuentra la Argentina, que si bien puede obtenerlo a partir de la electrólisis, las reservas importantes de gas con las que cuenta el país allanan este camino productivo, siempre y cuando se realice también la captura del CO2 que tiene el proceso.