Mensajes mineros en San Juan: Aplausos sin gritos (sólo susurros) … Contenido copiado de miningclub.com

Tranquilo, manso y tranquilo, como cantaba Piero en los ’80. El gobierno de Sergio Uñac
movió sus fichas para apaciguar los mensajes que se escucharon ayer. Objetivo logrado,
según se vio en dos turnos de aperturas de “San Juan Tierra Minera
(https://miningland.sanjuan.gob.ar/es/)”, foro oficial que acompaña a «San Juan Minera
(https://exposanjuan.com.ar/)», la expo privada que lució en todo su esplendor en el
desértico predio ferial de Chimbas.
En la primera hubo foto grupal y sonriente de las autoridades nacionales y provinciales,
junto a las exponentes de las mineras en acción o exploración. «Que Bristow no te deje
ver el bosque». O miren todo lo que hemos hecho, está aquí en esta feria. Sin quejas
mayores y sólo los actores y periodistas pueden percatarse de la finura de las palabras y
los silencios. Algunas voces de la minería privada:
Marcelo Álvarez (Barrick Gold Veladero): Desde lo corporal hasta la locuacidad, hubo una
expresión de calmar las aguas, pivoteando sobre el discurso corporativo del sistema de
alianzas que Barrick propone en el mundo. (De la Nación no hay noticias, ya dijimos lo
que teníamos qu decir, dijo uno de sus operadores detrás del escenario)
John Jairo Cuervo (Gualcamayo): El colombiano de Mineros fue enfático en que la mina
se agota y no hay un marco propicio ni cambiario ni aduanero para desarrollar
Carbonatos Profundos, el brownfield que permitiría alargar la mina de Jáchal.
Alfredo Vitaller (Josemaría): «Eppur si muove». Mostró en filminas que el proyecto se
mueve. Con 1.500 personas entre directos e indirectos y que la palabra rectora de esta
etapa es «ingeniería». Camino y línea eléctrica son hoy las ecuaciones a resolver.
Sergio Rotondo (Hualilán): Recordó los records de exploración en el yacimiento de Ullum
y se alineó fuerte con el gobierno provincial («No le falten el respeto a San Juan…» , a
propósito del compre y del empleo local el manager que suele no rehuir las
comparaciones con otras mineras).
Una síntesis posible: el tono del acto fue agradecer estar trabajando en una provincia con
vocación y peso minero, desde el predecesor José Luis Gioja (el conflicto y las alianzas
intraperonistas todo lo tiñen. Como el sol sanjuanino, siempre está).
Tampoco de cómo «la angustia que corroe el alma», que no es el título de aquel film de
Fassbinder sino el temor de que San Juan no llegue a reponer en tiempo y forma el menú
de minas en operaciones, como le ocurrió a Catamarca tras el adiós a Alumbrera. La gran
Josemaría, a full en su construcción, podría producir en 2028, caro que tamaña
construcción, como ocurrió con la frustrada Pascua Lama, es una movida que dinamiza a
todos.
Los mensajes del gobernador Sergio Uñac; la secretaria de Minería de la Nación,
Fernanda Ávila; el ministro de Minería de San Juan, Carlos Astudillo; el vicepresidente de
la Cámara Minera de San Juan, Raúl Cabanay; Marcelo Álvarez, Barrick Gold; Jhon Jairo
Cuervo, Gualcamayo; Sergio Rotondo, Hualilán; Michael Meding, Los Azules; Fernando
Cerda, COFEMIN; Alfredo Vitaller, Josemaría; y Roberto Huby, Glencore.
La minería genera aquí 10% del empleo registrado privado y es el primer complejo
exportador sanjuanino, con el 77% de las exportaciones, por Veladero (la faena top del
país y uno de los 25 mayores de oro del mundo) y Gualcamayo. Además, posee minería
de 2ª y 3ª categoría, es el primer productor nacional de cal. Algunos hablan de lito, en
Valle Fértil, al Este, el sistema geológico estribación de las Sierras Pampeanas, pero está
por verse habiendo tantas salmueras maduras en el NOA. San juan tiene por delante:
suma 27 proyectos entre exploración y factibilidad y la Ruta del Cobre es su nueva
estrella: detrás del mencionado Josemaría, viene avanzando hacia el Informe de
Impacto Ambiental Pachón, de Glencore; seguirá explorando Filo del Sol (en el Norte,
pegado a Chile y La Rioja) y Los Azules, que estuvo dormido y al que Rob McEwen parece
está vistiendo y revistiendo para encontrarle partners o compradores.
Además de los discursos de rigor de Sergio Uñac y su ministro minero Carlos Astudillo (el
ranking provincial en el Informe Fraser es un caballito de batalla de funcionarios y
empresarios), Fernanda Àvila, secretaria de Minería de la Nación (también en dos turnos)
quien repitió sus estadísticas de los últimos foros. Todos los discursos políticos alineados
con enfatizar el peso específico de la minería y lo buena que es, algo que no hace falta
en este auditorio.
El público paciente y el que buscó el evento por streaming tuvo que esperar hora y
media. No es lo mismo 18 que 19.30, pero parece que había agendas superpuestas. Esta
mesa estuvo mucho más apretada, en expositores y en tiempos disponibles, y todos
surfearon las olas.
De nuevo Àvila, al pie del avión de regreso, dijo que las flamantes normas SIRA para
importar ponen en marcha una coordinación inédita entre el Banco Central, Aduana, AFIP
y la Secretaría de Comercio, algo que deben haber dicho decenas de predecesores en la
tortuosa historia argentina.
Armonil para todos: Mario Hernández, de la cámara minera recordó la fuerte exploración
reciente y dijo que continuará, los sindicalistas Héctor Laplace y Marcelo Mena (que hace
unos días anunció un «estado de alerta» de los jerárquicos organizados al influjo del
recordado Jorge Mayoral) ensalzaron sus contribuciones a la paz laboral, aunque
deslizaron que la inflación se come el bolsillo de todos y todas.
Sólo Luciano Berenstein, el director de CAEM, saltó la valla y aludió a cepos y divisas por
sus nombres:
«Adicionalmente, hay que revisar las cargas impositivas, en particular las relacionadas
con retenciones, que justamente castigan a las exportaciones y generan un costo
adicional que perjudica nuestra competitividad en relación a otros países.
La industria minera tiene una balanza comercial netamente exportadora. Cada dólar que
invierte, vuelve multiplicado en recursos para la Argentina. Según cálculos oficiales, 80%
de lo produce queda en el país en impuestos, salarios, pagos a proveedores, inversiones
productivas e inversiones sociales, entre otros rubros.
La construcción de certezas necesarias se quiebra también cada vez que se proponen
cambios normativos apresurados y sin análisis en profundidad. Así, se discuten proyectos,
como los de humedales, que carecen de visión federal y de la de quienes producimos y
nos veremos perjudicados. Por eso, desde CAEM estuvimos presentes en los distintos
ámbitos de debate para alzar la voz de la minería en conjunto con el campo y la
industria.
Para este año, la industria minera prevé exportar 3.800 millones de dólares. Nuestro país
podrá al 2030 triplicar esta cifra, con exportaciones anuales de 12.000 millones de
dólares e inversiones por 20.000 millones de dólares, si se sostienen las condiciones
internacionales y se genera el contexto nacional adecuado. Y se calcula que casi el 60%
de esa inversión mencionada se desarrollará aqui en San Juan».
La mesa de autoridades estuvo encabezada por Uñac, Ávila y Jalil acompañados por
Carlos Astudillo, ministro de Minería; Fabián Gramajo, intendente de Chimbas; Alejandro
Colombo, jefe editor de Panorama Minero; Martin Cerdá, presidente del Cofemin; Luciano
Berestein, presidente de la CAEM; Gabriela Uriburu, de Women in Mining; Mario
Hernández, presidente de CMSJ; Hector Laplace, secretario general de AOMA; Marcelo
Mena, secretario general de Asijemin.
A la noche hubo un cóctel, antes de que llegara el refrescante viento Sur, en el que el
cronista escuchaba confesiones de unos y otros. Acerca de los arabescos que deben hacer
con los dólares y las ventanillas varias para destrabar importaciones, homologaciones y
permisos. Las fenecidas normas del sistema SIMI, que a su vez reemplazó a las DJAI de
los kirchnerismos anteriores se fueron empiojando en los últimos días de Martín Guzmán
y este trimestre es un lloradero sobre suministros que no llegan a manos de
importadores/proveedores/mineras, lo cual abre nuevamente el espacio para la
imaginación y las propinas a los abrecandados.
Si algo quedó claro en esta nueva juntada minera es que la actividad está bendecida por
la política, complicada por la economía y más tolerada por la sociedad. Esto último en
particular en provincias en las que el PBI creció gracias a la actividad. Una rueda que
cuesta que ruede, desde La Quiaca hasta Usuhaia, pasando por Buenos Aires.

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