Mina del Carmen, una formación no tradicional

Los trabajos que lleva adelante Tecpetrol en la formación Mina del Carmen sacudieron a la Cuenca del Golfo San Jorge. La compañía del Grupo Techint invirtió más de 12 millones de dólares para evaluar el potencial de la formación.

Mina del Carmen se encuentra en la secuencia estratigráfica del Cretácico inferior (Albiano) de la cuenca y se sitúa por debajo de la formación Bajo Barreal, de la que se extrae aproximadamente el 90% del petróleo de la cuenca. Mina del Carmen está ubicada inmediatamente por encima de la principal roca madre de esta cuenca, la formación Pozo D-129.

La formación tiene un espesor variable entre 800-900 metros en diferentes posiciones del subsuelo de la cuenca, con un máximo de casi 1.500 en el centro de la cuenca. Al igual que Bajo Barreal, es una unidad fluvial con reservorios en canales antiguos, angostos y discontinuos. Esos canales se encontraban rodeados por planicies de inundación que contienen una alta proporción de ceniza volcánica, cuya presencia de ceniza volcánica dificulta la producción de hidrocarburos.

“Mina del Carmen es una unidad que tiene alrededor de un 70% de ceniza, porque se depositó contemporáneamente con erupciones que estaban teniendo lugar en la Cordillera de los Andes, que recién se estaba formando. La presencia de ceniza en los reservorios en general hace que su calidad para alojar hidrocarburos sea muy pobre, porque la ceniza tapona los poros de la roca. Eso hace que cualquier desarrollo económico importante requiera estimulación hidráulica, porque si no es muy difícil que pueda producir durante mucho tiempo”, explicó José Paredes, geólogo de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco (UNPSJB) en diálogo con eolomedia.

Como en todas las cuencas del mundo, el desarrollo de los yacimientos empezó desde la parte más superficial y fue avanzando hacia zonas más profundas a medida que avanzaba la tecnología, por lo que los estudios y desarrollos hacia las unidades más profundas vienen luego de los principales descubrimientos. La Cuenca del Golfo San Jorge no es ajena a esta situación.

 

Una cuestión de materia orgánica

En la Cuenca del Golfo San Jorge los contenidos de materia orgánica en la roca madre de Pozo D-129 no superan el 3%, lo que hace que esta cuenca siempre corra por detrás de las demás. En el caso de la Cuenca Neuquina, el porcentaje puede alcanzar el 11%. Estos hidrocarburos generados en D-129 se alojan posteriormente en las formaciones Mina del Carmen y Bajo Barreal.

La buena noticia es que esa materia orgánica que origina los hidrocarburos está distribuida sobre un área gigantesca y puede haber lugares donde su acumulación hace que la productividad de los reservorios sea muy alta. “Hay regiones que pueden llegar a producir 10 veces más de lo que se produce en los lugares más tradicionales o en las regiones con historial de desarrollo desde mediados del siglo pasado. En general son áreas pequeñas dentro de los yacimientos, pero muy explosivas y se desarrollan en pocos años”, destacó el geólogo.

Mina del Carmen no ha sido trabajada como un reservorio no convencional debido a su gran cantidad de ceniza volcánica, pero cuenta con lugares que muchas veces producen más que el promedio del resto de la cuenca. “Un pozo que funcione bastante bien en la cuenca puede producir 20 mil metros cúbicos en su vida útil y estos sectores pueden producir entre 150 mil y 200 mil. Esto quiere decir que, si encontrás uno de estas zonas puede ser una buena noticia para el resto del yacimiento”, afirmó.

“Estos éxitos exploratorios y de producción no son tan frecuentes en la cuenca y son muy diferentes a la producción normal que hay en el resto de la cuenca. Nosotros le podríamos decir que son reservorios no tradicionales, pero no son no convencionales”, consideró Paredes.

Las producciones más altas se dan en las zonas donde las tobas – ceniza volcánica que se consolida y queda en el subsuelo – son alteradas mineralógicamente por fluidos y lo convierte en un segundo tipo de reservorio. “Son las que generan estas producciones que son anómalas para la región”, aseguró el geólogo.

Tecpetrol fue la primera empresa en encontrarlas a fines del 90. Ese reservorio recibió el nombre de “Fracturado en tobas” y estaba ubicado en la parte baja de Mina del Carmen. Durante muchos años fue la vedette de la industria y demandó que compañías, como Pan American Energy (PAE), salieran a buscar este tipo de zonas con rocas frágiles (tobas) que acumulaban grandes volúmenes por asociación de tobas con las fallas de la cuenca.

Ahora, la empresa del Grupo Techint vuelve a la carga en la formación. “Siempre quedan oportunidades por debajo de Bajo Barreal, pero para que sean económicamente viables tienen que ser muy buenas, porque en general los desarrollos exclusivamente en Mina del Carmen no pagan el proyecto, excepto en ocasiones que son noticia”, evaluó Paredes.

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